Cuando una dana golpea con fuerza, las calles anegadas y los coches flotando se convierten en una imagen tristemente habitual. Para muchos conductores, el verdadero problema empieza cuando el agua baja y descubren que su vehículo ha quedado completamente inundado. En ese momento surge la gran pregunta: ¿merece la pena arreglarlo, o es mejor darlo por perdido?
La respuesta no es sencilla. Reparar un coche afectado por el agua implica más que secarlo y arrancarlo. Puede haber daños mecánicos, eléctricos, electrónicos e incluso estructurales. Y todo ello se traduce en tiempo, mano de obra especializada y, sobre todo, dinero. ¿Sabes cuánto te puede costar devolver a la vida un coche afectado por la dana? ¿Te compensa repararlo?
1El primer paso: evaluar el nivel del agua

Lo primero que determina el coste de la reparación es el nivel hasta el que ha llegado el agua. No es lo mismo que solo empape la alfombrilla a que cubra el salpicadero. En el mejor de los casos, el agua puede afectar únicamente a tapicerías y pequeñas conexiones. En ese escenario, el coste de secado, limpieza y sustitución de componentes menores puede rondar entre 500 y 1.500 €.
Pero no siempre es tan fácil. Cuando el agua supera el nivel de los asientos y alcanza la consola central o el cuadro de mandos, entramos en terreno peligroso. La electrónica del coche es extremadamente sensible a la humedad, y gran parte de ella se encuentra bajo los asientos o en la parte baja del habitáculo. Sustituir una centralita puede costar entre 800 y 2.000 €; y si hay que cambiar varias, la factura se dispara, motivo por el que muchos propietarios se plantean si merece la pena seguir adelante.