Cuidar detalles de mantenimiento como los niveles de aceite del motor son fundamentales para proteger y alargar la vida útil de un vehículo. Aunque hay algunas costumbres arraigadas entre los conductores que pueden ser contraproducentes, como llevar el nivel de aceite un poco por encima del máximo «por si acaso».
Y es que, en el mundo del motor, a menudo pensamos que más es mejor, sobre todo cuando hablamos de lubricación, pero en este caso estás cometiendo un error que puede acabar con el motor entero.
¿Es seguro llevar el aceite por encima del máximo?

Cuando revisamos el nivel de aceite de nuestro coche con la varilla, todos sabemos que hay una marca de mínimo y una de máximo. La lógica nos dice que acercarse al mínimo es peligroso, y es verdad. De hecho, quedarse sin aceite es una condena a muerte para cualquier motor.
Pero, ¿qué pasa con el gesto contrario? La preocupación más común suele ser una pequeña fuga o el consumo natural de aceite del motor. Pensamos en poner un poco más del máximo y asegurarnos de que no se quede seco hasta la próxima revisión. Si has pensado esto alguna vez, es una idea muy equivocada.
Juanjo, mecánico experto, es muy claro al respecto y su advertencia es contundente: «Si eres de los que te gusta llevar el aceite un poco por encima del nivel máximo por el tema de una posible fuga, no te pases».
El peligro de la espumación

El corazón de este problema es el cigüeñal, una de las piezas más importantes y activas del motor, que está en constante y rapidísimo movimiento. Está justo encima del cárter, y si el nivel está demasiado alto, puede alcanzar ese nivel y batir el aceite.
Cuando esto ocurre, el aceite se mezcla con el aire que hay dentro del motor, generando una gran cantidad de espuma. Y aquí viene el gran problema: el aceite, al convertirse en espuma, deja de ser el lubricante protector que necesitas.
Al estar llena de burbujas de aire, la espuma de aceite es incapaz de formar una película sólida. Es como intentar lubricar algo con aire. El resultado es un desgaste prematuro de los componentes internos que, con el tiempo, puede derivar en una avería seria o en la destrucción irreparable del motor.
Los lubricantes que usamos en los coches actuales son mucho más finos y sofisticados que los de hace décadas, diseñados para trabajar con tolerancias mínimas y a temperaturas muy altas. Juanjo señala que esta composición más fina incrementa el riesgo de que, al mezclarse con aire, pierdan su capacidad protectora. La espuma en un motor moderno es un enemigo aún más letal que en los antiguos. Estás, literalmente, desactivando el poder protector que tanto dinero te cuesta.
La ruta del aceite fuera de control

Cuando hay demasiado aceite en el cárter, el sistema de ventilación del cárter se satura. Hay un componente clave en este proceso, la válvula PCV, cuya función es gestionar los gases que se generan dentro del motor y, en circunstancias normales, devolverlos a la admisión para que se quemen.
El exceso de lubricante provoca que este se infiltre a través de la válvula PCV y se dirija hacia el sistema de admisión del motor. Tu motor empieza a aspirar y a quemar el propio aceite que sobra en el cárter.
Cuando el motor lo quema, se produce lo que se conoce como autoencendido. El aceite se quema de una forma no controlada, diferente a cómo lo hace la mezcla de aire y combustible para la que está diseñado el motor.
Estas detonaciones incontroladas y la combustión del aceite generan una presión y una temperatura anormales dentro de los cilindros. El resultado es un daño interno severo, especialmente en motores modernos que son muy sensibles a cualquier variación en el proceso de combustión.
Otro problema de llevar el aceite por encima del máximo es que se sature el circuito de lubricación y llegar a romper el motor. Es decir, un gesto que haces con la intención de proteger tu motor, lo está forzando a autodestruirse. Estás forzando una especie de bucle de lubricación vicioso y dañino.
La lección es clara. En el motor, el punto óptimo está en el equilibrio. Más no es sinónimo de mejor; de hecho, más aceite del que toca es un peligro real que puede llevar tu motor a una rotura grave.
Así que, la próxima vez que te acerques a la varilla de aceite, recuerda que la prudencia y el respeto por el límite máximo son tu mejor seguro de vida para el motor de tu coche.