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jueves, 20 noviembre 2025

¿Puedo aparcar mi patinete eléctrico en las zonas comunes de mi bloque?

El debate sobre los patinetes eléctricos en las comunidades de vecinos es, en el fondo, una muestra de cómo la movilidad urbana está evolucionando más rápido que las normas que la regulan. La clave, según expertos y administradores de fincas, está en aplicar el sentido común y el respeto mutuo. No se trata de prohibir, sino de establecer reglas claras para convivir con seguridad.

El auge del patinete eléctrico como medio de transporte urbano ha transformado la movilidad en las ciudades, pero también ha traído consigo nuevos dilemas legales y de convivencia. Uno de los más frecuentes entre los propietarios de comunidades es el siguiente: ¿puedo aparcar o guardar mi patinete eléctrico en las zonas comunes del edificio? Lo que en apariencia puede parecer una cuestión trivial, se ha convertido en un tema que genera roces entre vecinos, riesgos de seguridad y hasta sanciones en algunos casos.

Cada vez más comunidades de propietarios se enfrentan a la realidad de que los patinetes eléctricos —y sus sistemas de carga— están presentes en portales, garajes, trasteros e incluso escaleras. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que su uso y almacenamiento dentro de un edificio está sujeto a normas muy concretas, tanto de convivencia vecinal como de seguridad. Entender cuáles son las reglas y los riesgos es clave para evitar conflictos o incluso multas.

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El garaje: ¿una opción válida?

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fuente: propia

Muchos propietarios piensan que el garaje puede ser la solución ideal para dejar su patinete eléctrico. Y en parte, tienen razón: si la plaza de aparcamiento es de uso privativo, el propietario puede estacionar su patinete allí, igual que haría con una moto o una bicicleta. Pero hay un matiz importante: no puede conectarlo a enchufes comunes para cargarlo sin autorización.

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El uso del suministro eléctrico del garaje comunitario para fines particulares —como recargar un patinete— puede considerarse un aprovechamiento indebido de recursos comunes, y la comunidad puede exigir el cese de esa práctica o incluso reclamar el coste del consumo. La solución más adecuada pasa por instalar un punto de carga individual, siempre con permiso de la comunidad y cumpliendo con las normas de seguridad eléctrica.

En garajes compartidos, además, los patinetes deben estacionarse en lugares que no obstaculicen el paso ni interfieran con los vehículos. Si se trata de un garaje sin ventilación adecuada o donde ya se han producido incidentes con baterías, la comunidad puede acordar su prohibición por motivos de seguridad.

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