Durante años, Lucía ha confiado en su patinete eléctrico para atravesar Madrid con rapidez, ahorrar tiempo en sus desplazamientos y evitar atascos matinales. Era su apuesta por la movilidad sostenible y práctica. Comprado en 2021, creía que su patinete eléctrico había sido una inversión segura a largo plazo; estaba convencida de que podría usarlo al menos hasta 2027 sin tener que preocuparse por nada más. O eso pensaba.
Pero una mañana, en un control rutinario, llegó la sorpresa. La agente de la Policía que revisó su vehículo le advirtió de que no cumplía con la normativa que entrará en vigor en 2026. Como Lucía, muchos usuarios creían ir en regla simplemente por tener un vehículo relativamente reciente, pero las normas han cambiado rápido, y algunos VMP podrían quedar fuera de circulación en apenas unos meses.
4El mantenimiento: más importante de lo que parece
Más allá de la homologación, la seguridad también dependerá del cuidado que cada usuario ponga en su patinete. Como cualquier vehículo, necesita revisiones periódicas. Circular con piezas rotas, la batería deteriorada o ruedas en mal estado puede ser tan peligroso como hacerlo sin casco o sin luces. Si hay fugas de aire, desgaste excesivo, ruidos al girar o cualquier funcionamiento anómalo, acude a un taller especializado.
La presión de los neumáticos también es clave para la estabilidad y la frenada. Del mismo modo, una correcta limpieza evita daños eléctricos. Basta con un trapo húmedo, evitando siempre las zonas sensibles. E importante: nunca cargar el patinete por la noche. Las baterías pueden recalentarse y acabar provocando un incendio. Tampoco cuando esté mojado o haya estado expuesto a humedad.
