Unos meses después de conocerlo en estático, hemos tenido la oportunidad de probar el Opel Mokka GSE, quizá uno de los modelos más peculiares de los que se han presentado este año. ¿El motivo? Se trata de un SUV del segmento B dotado de un motor eléctrico de 280 CV y una puesta a punto deportiva, una combinación poco usual… fuera del Grupo Stellantis, pues ya es el tercer modelo con estas características, tras el Alfa Romeo Junior Elettrica Veloce y el Abarth 600e Scorpionissima.
Antes de entrar en materia, demos un repaso a sus principales características. A modo de resumen, se podría decir que el Mokka GSE es la versión de calle del Mokka GSE Rally, el primer vehículo desarrollado de acuerdo con las nuevas regulaciones eRally5 de la FIA, lo que le permitiría utilizarse en todo el mundo en múltiples campeonatos de rally a partir de 2026 por parte de equipos privados.
No en vano, ambos modelos comparten elementos estructurales y mecánicos, comenzando por el motor eléctrico ubicado bajo el capó delantero. El Mokka GSE de calle incluye importante modificaciones en el chasis, como un diferencial autoblocante (tarado al 36 % en aceleración y 34 % en frenada), ejes específicamente diseñados, nuevos amortiguadores hidráulicos dobles o un equipo de frenos firmado por Alcon, con discos de 380 milímetros en el eje delantero.

Por cierto, las siglas GSE se emplearon por primera vez en los años 80 en el Monza GSE, un coupé de 4,7 metros de longitud. Muchos años después, la marca alemana recuperó esta denominación para sus modelos híbridos enchufables más prestacionales tanto en el Astra como en el Grandland.
Así va el Opel Mokka GSE
Hemos podido probar el Mokka GSE tanto en un recorrido por carretera como en circuito, concretamente en la pista madrileña del Jarama. La primera impresión en muy positiva, pues el tacto de este modelo es claramente diferente al de un Mokka Electric convencional. Es especialmente destacable la puesta a punto de la suspensión, claramente más firme aunque sin llegar a resultar especialmente incómoda. Algo muy destacable si, además, tenemos en cuenta que monta unas llantas de 20 pulgadas con neumáticos 225/40. De serie equipa unos Michelin Pilot Sport EV, aunque en opción (sólo 100 euros) se pueden reemplazar por unos GoodYear Eagle F1 en idéntica medida, más orientados a una conducción deportiva.
Otro aspecto diferencial es la postura de conducción, pues Opel ha instalado unos asientos delanteros específicos que proporcionan una postura muy típica de los coches de rallys, con las rodillas ligeramente elevadas. La dirección resulta algo dura, aunque no especialmente directa, pues tiene 2,7 vueltas entre topes.

Pasamos a la pista, una auténtica prueba de fuego para casi cualquier coche de calle, pero muy especialmente para uno eléctrico. El primer consejo que nos dan es seleccionar el modo de conducción Sport, pues a diferencia de los otros dos (Eco y Normal) se prioriza la frenada hidráulica en lugar de por regeneración de energía. Eso sí, con esta configuración notamos un tacto esponjoso del pedal, quizá debido al desgaste que ya tenían las unidades de pruebas tras varios días de pruebas.
Los 280 CV dan mucho de sí, incluso en un trazado tan exigente como el Jarama, con mucho desnivel. En este sentido, el diferencial autoblocante permite acelerar a la salida de las curvas, aún con la dirección girada, sin que el coche subvire lo más mínimo. En general, la sensación es que el chasis podría aguantar sin problemas una mayor potencia, lo cual es muy positivo.
Eso sí, en el caso de este modelo 100 % eléctrico hay que tener en cuenta que el Mokka GSE emplea la misma batería que en el Mokka Electric de 156 CV, con 54 kWh de capacidad bruta (50,8 kWh netos) y, obviamente, en esta versión el gasto es mucho más elevado (18,5 kWh/100 km). De ahí que la autonomía no sea especialmente destacable (324 kilómetros homologados), que se reducen considerablemente al ‘exprimirlo’ en una pista.

En cuanto al precio, Opel anuncia una tarifa de 46.600 euros (incluye descuento de marca de 700 euros, pero no las ayudas), que es más o menos lo mismo que cuestan sus ‘primos’ de Stellantis. Fuera del grupo, su principal alternativa serían los Smart #1 y Volvo EX30, basados en la misma plataforma y con 272 CV de potencia. Ambos tienen un precio de salida más bajo, aunque su concepción no es tan deportiva como la del Mokka GSE.
Galería de imágenes del Opel Mokka GSE
Fotos: Opel














