Las ZBE siguen siendo objeto de debate entre los conductores. Algunos las defienden argumentando que son la única medida para eliminar la contaminación de las ciudades. Otros aseguran que solo es una medida recaudatoria que perjudica a quienes necesitan el coche para trabajar y no pueden comprarse uno nuevo. Hay una gran confusión, y para muchos conductores, la sensación es de estar contra la espada y la pared.
Ante toda esta polémica, el Ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha querido aclarar las cosas y explicar los motivos por los que se implantan estas zonas. Durante unas jornadas de Movilidad Sostenible, aseguró que: las ZBE no obligan a nadie a comprarse un coche nuevo.
1El objetivo de las ZBE, según Óscar Puente
Si no buscan que renueves tu coche, ¿para qué sirven las ZBE? El ministro comentó que lo que se busca es evitar el uso irracional del coche privado.
Según el Gobierno, el objetivo no es penalizar al conductor que tiene un coche con etiqueta B o C, o incluso sin etiqueta, sino reducir los desplazamientos innecesarios en los centros urbanos. Se busca racionalizar el uso del coche, y que solo se lleve cuando sea realmente necesario.
El ministro insistió mucho en esta idea. La finalidad no es que vayas corriendo al concesionario. La finalidad es que, antes de coger el coche para ir al centro, te preguntes si lo necesitas para ese trayecto o si puedes usar el transporte público, ir caminando o en bicicleta.
Una de las críticas más duras y repetidas contra las ZBE es que son una medida clasista. Quien tiene dinero, se compra un coche nuevo con etiqueta CERO o ECO y sigue entrando por donde quiere, mientras que quien no puede permitírselo se queda fuera.
Óscar Puente calificó de «bulo» la idea de que las ZBE son una medida contra las clases trabajadoras. El ministro defendió que no tienen ese objetivo, sino que es una forma de racionalizar el uso de vehículos privados.
Su planteamiento es que la clave está en reducir el uso excesivo del coche en el corazón de las ciudades. Para que esto funcione, la alternativa debe ser sólida, y por eso su discurso se apoya en la necesidad de contar con una red de transporte público capaz de absorber todos esos viajes cortos que hoy colapsan el centro. La idea es que, si el autobús o el metro te llevan de forma eficiente, no necesitarás usar el coche, tengas el modelo que tengas.








