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viernes, 10 octubre 2025

Luisa (36), veterinaria: «Así debes llevar a tu mascota en el coche para que vaya segura»

La tranquilidad de conducir sabiendo que tu compañero de viaje está seguro no tiene precio. Además, te aseguras de que tu única parada no es para recibir una multa.

Imagina ir por la autovía y que de repente notes algo peludo en tu regazo o veas un hocico sacando la cabeza por la ventanilla, disfrutando del aire. Es tu mascota, y en ese momento, te sientes el conductor más afortunado del mundo por compartir la carretera con él. Pero esa imagen idílica se puede convertir en una catástrofe en menos de un segundo.

No se trata solo de una distracción o de un frenazo inesperado que, con tu perro suelto, podría acabar en un susto. Si ocurre una colisión a 90 km/h, un perro de 20 kilos se convierte en un proyectil de más de 600 kilos. También se trata de una multa de hasta 500 euros de la DGT y, lo que es peor, de una lesión grave o la muerte de tu animal.

La mayoría de conductores en España cometen un error al llevar a sus mascotas que no solo es ilegal, sino que pone en riesgo la vida de todos.

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La ley y la seguridad: Tu mascota nunca debe ir suelta

perro en el asiento
Fuente propia

El punto de partida lo pone el Artículo 18.1 del Reglamento General de Circulación. Este artículo no habla de perros ni de gatos, sino de el conductor. Obliga a mantener la libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción. La clave está en la interpretación: si tu mascota va suelta, está interfiriendo en tu conducción.

El mayor error que se comete, y por el que se te puede sancionar con severidad, es llevar al animal libre por el habitáculo. Un perro saltando del asiento trasero al delantero, o incluso en el regazo del copiloto, es una infracción grave.

La gente piensa que, si el perro es bueno y va tranquilo, no pasa nada. Pero no se trata de su comportamiento, sino de la física. En un accidente, suelta o mal sujeta, la mascota no solo sufre un golpe brutal, sino que multiplica su peso y puede golpear a los ocupantes con una fuerza devastadora.

Las sanciones en España varían según la gravedad de la interferencia:

  • Mascota suelta sin causar interferencia (Infracción leve): Si el animal solo va sin sujeción, pero no interfiere directamente en tu manejo, la multa puede ser de 80 a 100 euros.
  • Mascota suelta con interferencia (Infracción grave): Si el animal está libre y, por ejemplo, te salta al regazo, te impide usar el volante o está en el asiento del copiloto (incluso en transportín no homologado), la sanción sube a 200 euros.
  • Conducción negligente o temeraria: En el caso más extremo, como llevar el animal en el regazo o asomando la cabeza por la ventanilla (lo que se considera una distracción peligrosa), la multa puede ascender a 500 euros y, en casos de conducción temeraria tras un accidente, puede acarrear la retirada de hasta 6 puntos del carné. La multa de 500 euros es muy habitual para quienes llevan a su mascota en el asiento del copiloto, un lugar totalmente prohibido por seguridad.

Sistemas de retención que funcionan (y uno que debes evitar)

mascotas
Fuente: Thule

Los expertos en seguridad vial han realizado múltiples pruebas de choque para determinar qué sistemas de retención son realmente seguros. Y la conclusión es clara: la seguridad no es solo evitar la multa, sino proteger al animal de una fuerza de impacto que puede ser letal.

El arnés es el sistema más común, pero no todos valen. El error fatal aquí es usar un arnés con un solo enganche. Luisa lo tiene muy claro: «En un frenazo, el arnés de un punto único no distribuye la fuerza. La hebilla del cinturón puede romperse o, lo que es peor, la mascota choca contra el respaldo del asiento delantero, sufriendo lesiones graves en la columna vertebral o el esternón. Nunca uses un collar atado al cinturón, ya que actúa como una soga y es mortal en un impacto».

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La única opción segura es el arnés con doble enganche, que se sujeta a dos puntos del cinturón de seguridad. Debe ser un arnés específico que haya superado pruebas de choque y que tenga un sistema de unión lo más corto posible para limitar el movimiento de avance del perro.

Para perros pequeños y gatos, el transportín es el sistema más seguro  porque crea una burbuja protectora. Aunque la buena colocación es vital:

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  • Animales pequeños (menos de 9 kg): El transportín debe ir preferiblemente en el suelo del vehículo (entre los asientos delanteros y traseros), en posición transversal a la marcha. Es el lugar más seguro porque no hay espacio para que el transportín se proyecte.
  • Animales medianos: Si va en el asiento trasero, debe ir anclado con el cinturón de seguridad y, a ser posible, con sistemas de retención adicionales como el SRC (Sistema de Retención Canina), que utiliza los anclajes Isofix y el Top Tether para asegurar el transportín y evitar su rotura. 

Si tu perro es grande (más de 25 kg), su lugar más seguro es el maletero, siempre que tu coche tenga portón trasero (monovolumen, SUV, break). Pero no puede ir suelto ahí.

La solución óptima es combinar una rejilla divisoria homologada y un transportín o jaula reforzada colocada en el maletero en posición transversal a la marcha. Esta posición minimiza el daño por impacto frontal.

Consejos para un viaje sin mareos ni estrés

mascota en el coche
_Fuente propia

Una vez que sabes cómo sujetar a tu mascota para cumplir con la ley y la seguridad, toca pensar en su bienestar. Un viaje tranquilo es un viaje más seguro y libre de estrés para ti.

La clave para un buen viaje es la familiarización progresiva. Si solo metes al perro en el coche para ir al veterinario, asociará el vehículo con algo negativo. Empieza por:

  • Trayectos cortos y positivos: Viajes de 10-15 minutos a un parque o un lugar que le guste. Usa refuerzo positivo para que el coche sea un lugar agradable.
  • El día del viaje: Evita darle de comer en las últimas 6-8 horas antes de salir para prevenir mareos y vómitos. El agua, sin embargo, debe estar siempre disponible durante las paradas.

Viajar con tu mascota no es solo una cuestión de cariño, sino de responsabilidad. El gran error, que puede costarte hasta 500 euros y, potencialmente, la vida de tu mascota, es permitir que vaya suelta, ya sea por el habitáculo o asomando la cabeza. La solución es sencilla: invierte en un sistema de retención homologado y adaptado a su tamaño.

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