Koenigsegg vuelve a reinar en el emblemático trazado de Laguna Seca. Y es que el fabricante sueco ha recuperado el récord para coches de producción homologados con el impresionante Sadair’s Spear, un hiperdeportivo con 1.648 CV de potencia que ha parado el crono en 1 minuto y 24,16 segundos. Lo logró superando por más de medio segundo al Czinger 21C —que se lo había arrebatado por solo 0,11 s en 2024— y dejando atrás a máquinas de competición como los Lamborghini Huracán EVO. Todo, pese a llegar a Laguna Seca con el pie cambiado: un día de límite sonoro de 90 dB que obligó a montar un enorme silenciador y con unas llantas de aluminio en vez de las ultraligeras de fibra de carbono que equipan los modelos de cliente.
El Koenigsegg Sadair’s Spear es la evolución extrema del extraordinario Jesko: más ligero, con un V8 biturbo afinado y una aerodinámica obsesiva que genera una carga brutal. La firma de Ängelholm lo diseñó desde cero para pulverizar cronos en pista, pero el destino jugó en contra en Monterey. La pista californiana, famosa por las quejas vecinales, impuso el día de la llegada del Sadair’s Specar la norma más estricta de ruido. El escape original supera con creces los 90 dB, así que el equipo acopló un silenciador mastodóntico que no solo afeaba la trasera, sino que añadía peso extra y creaba un leve efecto péndulo al sobresalir en exceso. A eso se sumó el único juego de ruedas disponible: aluminio forjado en lugar de carbono, lo que incrementó el peso no suspendido y penalizó la agilidad en curvas rápidas como el Sacacorchos.
Koenigsegg tuvo que lidiar con las normas impuestas en Laguna Seca
Aun con esas trabas, el Sadair’s Spear firmó un registro verificado por Racelogic que lo sitúa como el coche de calle más rápido en Laguna Seca. Supera así al Czinger 21C que le arrebató dicho récord a un Jesko Attack el pasado año, demostrando que la fuerza bruta sueca sigue teniendo mucho que decir frente a la tecnología punta de marcas rivales entre las que también se encuentra la británica McMurtry, quien llevó a su Spéirling a Laguna Seca para parar el crono en 1 minuto y 18,413 segundos… Y sin perturbar la tranquilidad de los vecinos gracias a su mecánica eléctrica. Ahora bien, hay que recordar que esta criatura no está homologada para circular por las calles. Y aún siendo más rápido que el Sadair’s Spear, habría que haber visto el tiempo en un día sin restricciones en pista.
Christian von Koenigsegg no ocultó su satisfacción: “Hemos ganado con una mano atada a la espalda”. El Sadair’s Spear reafirma la filosofía de la marca: máxima potencia, mínima electrónica y construcción artesanal. Mientras otros apuestan por la electrificación o por ventiladores activos, los suecos siguen confiando en el V8 y la ingeniería old-school para dominar los circuitos. Con este golpe de autoridad, Koenigsegg no solo recupera el trono de Laguna Seca, sino que manda un mensaje claro: la era de los hiperdeportivos analógicos está lejos de terminar.
Fotos: Koenigsegg












