Lucía tiene 32 años y trabaja desde hace cinco como técnico de ITV en una de las estaciones de la Comunidad de Madrid. Acostumbrada a lidiar cada día con cientos de vehículos, confiesa que el pasado verano se sorprendió con un dato que no esperaba: más del 80% de los coches que pasaron por las líneas de inspección superaron la prueba a la primera. Para alguien que conoce de primera mano los defectos más habituales de los automóviles, se trata de una cifra que no deja de llamarle la atención.
Ese “alucine”, como ella misma lo define, tiene un trasfondo muy revelador: cada vez más conductores se toman en serio el mantenimiento de su vehículo, conscientes de que la ITV no es un simple trámite burocrático, sino una herramienta vital para garantizar su seguridad y la de todos en la carretera. Y aunque todavía hay un porcentaje de coches que suspenden, el hecho de que la gran mayoría la supere en la primera revisión habla de un cambio de mentalidad que merece la pena analizar.
3La importancia de mantener el coche en forma

Para los profesionales de la ITV, el mensaje es claro: cuanto mejor se mantenga el vehículo, más sencillo será superar la inspección sin sorpresas. Y no se trata solo de evitar el mal trago de un rechazo, sino de circular con la tranquilidad de que el coche está en condiciones seguras. Lucía insiste en ello: “Un coche con neumáticos desgastados o con la suspensión dañada es un riesgo. La ITV nos permite detectarlo y obligar a repararlo antes de que ocurra un accidente”.
Ese aspecto es el que, en opinión de muchos expertos, la sociedad aún no termina de interiorizar. La ITV no es un castigo, ni un mero trámite administrativo, sino un filtro imprescindible para asegurar que los coches en circulación cumplen unos mínimos de seguridad y respeto al medio ambiente. AEMA-ITV lo recuerda cada año, subrayando que detrás de cada rechazo hay una oportunidad para evitar un siniestro.