Dubái vuelve a ser noticia. De nuevo, por una de sus pasiones más reconocibles: el lujo llevado al extremo. En una ciudad donde un Bugatti puede parecer tan común como un SUV, el estatus se mide de formas cada vez más insólitas. Esta vez, el objeto de deseo no ha sido un superdeportivo ni una joya de colección, sino algo más pequeño y simbólico: una matrícula.
En las últimas semanas, las redes sociales se han incendiado a raíz de una matrícula valorada en la friolera de 15 millones de dólares, montada en un Tesla Cybertruck personalizado por Mansory. Sí, hablamos de una placa que cuesta más que cuatro Bugatti Chiron Super Sport juntos, y que ha convertido al vehículo en el epicentro de la conversación mundial sobre lujo, poder y ostentación.
5El número 7: más que un capricho, un símbolo cultural
El valor de la matrícula P7 no solo responde al capricho de la exclusividad. En la cultura árabe, el número 7 tiene un fuerte componente espiritual y simbólico. Representa perfección, equilibrio y protección. En el islam, el número aparece en momentos clave: siete son las vueltas que dan los peregrinos alrededor de la Kaaba en La Meca, y siete los cielos mencionados en el Corán.
Así, poseer una matrícula con esa cifra no es solo un gesto de ostentación, sino también una forma de atraer fortuna y prestigio. En un país donde las apariencias y los símbolos tienen un peso especial, lucir el 7 es casi un talismán moderno. No sorprende, entonces, que los millonarios del Golfo estén dispuestos a pagar fortunas por estas combinaciones.








