¿Buenas o malas noticias primero? Vamos con la euforia: Dodge finalmente ha escuchado los gritos de todos esos apasionados a los legendarios ‘muscle car’ y ha metido con calzador un poderoso V8 HEMI bajo el capó de su nuevo Dodge Charger. Ahora imagina ese inconfundible sonido al ganar revoluciones acelerando en un semáforo, listo para salir catapultado para dejar en evidencia a tus contrincantes. Pero espera, que viene el jarro de agua fría: este Dodge Charger Hustle Stuff Drag Pak es un arma exclusivo para la pista, no homologado para calles, y del que solo se fabricarán 50 unidades. Sí, has leído bien, 50 bestias que devorarán cuartos de milla en menos de 8 segundos. Bienvenido al mundo de los sueños prohibidos sobre ruedas.
En un movimiento que huele a nostalgia ochentera y a gasolina quemada, la compañía americana revive el espíritu del Drag Pak –ese programa legendario que transformaba los Dodge Challenger en auténticos misiles de aceleración– y lo traslada ahora al controvertido Dodge Charger de octava generación. No es un capricho: es el primer proyecto de la resucitada división SRT (Street and Racing Technology), esa que prometía volver a los orígenes brutales de los muscle cars. Y lo hace con un nombre que parece sacado de un cómic: Dodge Charger Hustle Stuff Drag Pak by Direct Connection. «Hustle Stuff» no es postureo; es un guiño a los catálogos Mopar de los años ‘70, cuando los pilotos caseros tunneaban sus Plymouth y Dodge con piezas de catálogo para reventar pistas locales. Aquella era de improvisación salvaje, de mecánicos con las manos sucias y el corazón acelerado hasta llegar al corte de encendido. Dodge lo trae de vuelta, porque en 2025, con los eléctricos acechando, el alma de los ‘muscle car’ necesitaba un chute de adrenalina pura.
Este salvaje Dodge Charger supera la barrera de los 1.000 CV de potencia
Piensa en el nuevo Dodge Charger: un coupé familiar con motor Sixpack de seis cilindros, eficiente pero anodino, diseñado para el día a día. Ahora, imagina que lo desollas, le inyectas esteroides y lo envías a la batalla. El corazón de esta bestia no es otro que un carismático V8 HEMI Gen III de 5.8 litros –354 pulgadas cúbicas–, equipado con cigüeñal y bielas forjadas como si tuvieran que sobrevivir a un apocalipsis zombi. En todo lo alto, un compresor volumétrico Whipple de doble tornillo y 3.0 litros que lo hincha como un globo de helio, evolucionado del motor que aún ostenta el récord de 7,6 segundos en el NHRA Factory Stock Showdown. Dodge no suelta cifras oficiales de potencia –porque en pista, lo que cuenta es el tiempo, no los caballos–, pero si el anterior Drag Pak ya rozaba los 1.000 CV, este no va a quedarse atrás.
Esas impresionantes cifras se van a canalizar con dirección a sus dos ruedas traseras a través de una transmisión automática Coan Racing XLT de tres velocidades, con convertidor de alto rendimiento, y un eje Mark Williams de 9 pulgadas con una relación 4.30:1. Es toda una sinfonía de engranajes y neumáticos chirriando, diseñado para que el asfalto se convierta en humo en menos de lo que tardas en decir «burnout».
Mucha fibra de carbono y componentes de competición pura y dura

Pero este Dodge Charger no es solo potencia bruta; es un ejercicio de ingeniería obsesiva, donde cada gramo cuenta como una bala en la recámara. La compañía americana ha conseguido rebajar 45 kilos de peso respecto al Drag Pak del Challenger anterior, gracias a los nuevos paneles de fibra de carbono que reemplazan el capó, las puertas y el portón trasero. Imagina tocar ese carbono pulido, ligero como una pluma pero duro como el diamante, reduciendo el peso total de esta máquina hasta unos 1.600 kilos –por debajo del mínimo permitido por la NHRA de 1.633 kilos para la categoría Factory Stock–.
Por si todo esto no fuera suficiente, los ingenieros de la compañía americana han confeccionado una suspensión acorde a las necesidades de este Dodge Charger Hustle Stuff Drag Pak. El eje trasero es completamente ajustable y con cuatro brazos, hay manguetas rediseñadas, barras estabilizadoras más gruesas, caídas regulables y amortiguadores de tipo coilovers que absorben cada irregularidad de la pista como si fueran extensiones del conductor. Y las ruedas… ay, las ruedas. Firmadas por los especialistas de Weld Racing y fabricadas a mano, estas tienen 17 pulgadas en el frente y 15 pulgadas en la zaga, además de que vienen calzadas con neumáticos Mickey Thompson ET Drag Pro que prometen un agarre infinito.
De este Dodge Charger se van a fabricar tan solo 50 unidades

Si damos paso al interior de este Dodge Charger Hustle Stuff Drag Pak nos encontramos con detalles heredados de las unidades que puedes encontrar en cualquier concesionario de la casa americana, como la moqueta mullida, los paneles de puertas originales o incluso el salpicadero. Pero no hay que engañarse porque también se han colocado dos asientos individuales de competición, equipados con arneses de seis puntos, una jaula antivuelco a modo de armadura medieval, indicadores analógicos Pro-Comp y un volante de liberación rápida…
Fabricado en lotes de 50 ejemplares por los especialistas de Riley Technologies en Mooresville, Carolina del Norte –esa meca de la preparación donde han nacido campeones–, cada uno de estos Dodge Charger Hustle Stuff Drag Pak tiene un precio que arranca en los 234.995 dólares (unos 204.000 euros), más impuestos y opciones que pueden hinchar la factura hasta los 260.000 dólares (unos 226.000 euros). Elige entre 18 colores exteriores (blanco estándar o tonos salvajes como Plum Crazy), tres paquetes gráficos y extras para sibaritas de la pista: aligeramiento de motor y habitáculo (se ahorran 9 kilos con unos asientos de fibra de carbono), sistema de datos completo con telemetría en tiempo real, o incluso un kit de seguridad extra para domar a la bestia.
Creado para ser exprimido en cualquier pista de aceleración

El debut de este Dodge Charger Hustle Stuff Drag Pak no será en un garaje oscuro, porque la casa americana lo llevará al Dodge NHRA Nevada Nationals este fin de semana, con una vuelta de exhibición y un desfile por la recta de aceleración, pilotado por un celebridad de las pistas. Luego será llevado al SEMA Show de Las Vegas –ese templo del tuning donde los sueños se materializan en neón y escapes libres–, junto a un prototipo del Dodge Charger Sixpack con un motor firmado por Mopar. Ahora bien, su bautizo de fuego será en los NHRA Gatornationals de Gainesville, del 5 al 8 de marzo de 2026, donde Dodge pone 26.000 dólares (22.600 euros) de prima al primer vencedor en Factory Stock Showdown. Porque no basta con ganar; hay que hacerlo con estilo Dodge.
Fotos: Dodge

































