Si vives en una gran ciudad o en su área metropolitana, seguro que llevas tiempo sintiendo que algo está cambiando a tu alrededor. Los planes de la DGT para conducir por las ciudades son cada vez más restrictivos, y si pensabas que todo se acaba con las ZBE, estás muy equivocado.
Hasta ahora, todos pensábamos que el problema era la contaminación, y que cambiar el coche de combustión por uno más moderno, como un híbrido o un eléctrico puro, dejaría las puertas de la ciudad abiertas de par en par para siempre. Pero la Dirección General de Tráfico acaba de dejar muy claro que ni siquiera con un coche eléctrico vas a tener sitio en las ciudades del futuro.
2La DGT quiere ciudades más “verdes”
Pero esto no es solo una ocurrencia de Pere Navarro, sino una tendencia que parece alineada con lo que demandan los municipios. Luis Martínez-Sicluna, secretario general de la Federación Española de Municipios y Provincias, también intervino para señalar que España está inmersa en una transformación urbana sin precedentes. El objetivo es diseñar ciudades más calmadas, más verdes y preparadas frente al clima extremo.
Cuando las autoridades hablan de ciudades calmadas, se refieren a entornos donde el ruido del tráfico y la velocidad de los vehículos se reducen al mínimo. Hablan de devolver el protagonismo al peatón. Y en ese diseño de ciudad ideal que tienen en mente, el coche sobra.
Lidón Lozano, secretaria general de la DGT, reforzó esta idea comentando que las calles se están concibiendo como espacios de convivencia y encuentro. En este nuevo modelo urbano diseñado para responder a las necesidades cotidianas de los habitantes, el asfalto retrocede para dar paso a aceras más anchas, carril bici y plataformas reservadas para el autobús.
Esto explica por qué cada vez ves más obras en tu ciudad que, lejos de ampliar carriles para facilitar el tráfico, los reducen. No es un error de planificación, es una estrategia deliberada. Se busca dificultar el uso del coche para que, por puro agotamiento o inviabilidad, decidas dejarlo en casa.
La DGT y los ayuntamientos parecen estar alineados en esta cruzada donde el transporte público se presenta como la única alternativa viable para mover a las masas de gente que necesitan entrar y salir de los núcleos urbanos cada día.








