Si vives en una gran ciudad o en su área metropolitana, seguro que llevas tiempo sintiendo que algo está cambiando a tu alrededor. Los planes de la DGT para conducir por las ciudades son cada vez más restrictivos, y si pensabas que todo se acaba con las ZBE, estás muy equivocado.
Hasta ahora, todos pensábamos que el problema era la contaminación, y que cambiar el coche de combustión por uno más moderno, como un híbrido o un eléctrico puro, dejaría las puertas de la ciudad abiertas de par en par para siempre. Pero la Dirección General de Tráfico acaba de dejar muy claro que ni siquiera con un coche eléctrico vas a tener sitio en las ciudades del futuro.
1El transporte público como única vía de acceso
Pere Navarro ha sido tajante al respecto durante su intervención. El máximo responsable de la DGT ha explicado que la apuesta de las administraciones es promover el transporte público.
Hasta aquí podría parecer una frase más, de esas que escuchamos habitualmente. Pero lo que desata la alerta es la segunda parte de su razonamiento. Navarro ha sentenciado que el transporte público se va a convertir en el único modo de acceder a las ciudades. Esto significa que la visión de futuro que maneja la DGT no contempla un escenario donde convivan coches privados y autobuses, sino uno donde el coche privado desaparece de la ecuación para acceder al núcleo urbano.
Según las palabras del director, el espacio en las ciudades es limitado y estas no pueden asumir más coches entrando cada día en ellas. Ya no es una cuestión exclusiva de calidad del aire, aunque eso siga siendo importante. Ahora el problema es el espacio físico que ocupas.
Un coche eléctrico ocupa exactamente el mismo espacio en la calzada y en el aparcamiento que un coche diésel de hace veinte años. Ambos contribuyen por igual a la congestión, a los atascos y a la ocupación del espacio público. Por eso, la solución que plantea la DGT es radical: cerrar el grifo al vehículo privado, sea del tipo que sea.
Esta postura cierra la puerta a la esperanza de muchos conductores que creían que la tecnología les salvaría de las restricciones. La DGT está avisando de que el modelo hacia el que caminamos es uno donde el coche se queda fuera, en la periferia, y tú entras como peatón o usuario del transporte colectivo.








