¿Alguna vez has visto tu coche cubierto de barro y pensado «por dónde empiezo»? Tras una tormenta o una escapada al campo, muchos conductores creen perdida la batalla. Y lo peor no es solo la apariencia, es que el barro puede quedarse incrustado, dañar la pintura o incluso afectar a la vida útil del coche si no se elimina correctamente. La buena noticia es que hay forma de acabar con él.
Laura, experta en detailing, ha visto de todo: coches que parecían salidos del Dakar y otros con la pintura quemada por usar el método equivocado. ¿Su filosofía? El barro se combate con técnica, no con fuerza. En este artículo, te compartimos su paso a paso para eliminarlo sin riesgos. Olvídate de técnicas improvisadas; descubrirás cómo limpiar tu coche como un auténtico profesional.
1El barro: un enemigo más peligroso de lo que parece

Muchos conductores piensan que el barro es solo una molestia estética, pero es mucho más grave. Según Laura, «retiene humedad, el peor enemigo del metal y la pintura». Si se seca sobre la carrocería, puede dejar marcas permanentes e incluso microarañazos al intentar quitarlo. En frenos y tubo de escape, acelera la oxidación y puede comprometer su funcionamiento. Y si se cuela en juntas o sensores, los daños pueden ser muy costosos.
Además, el barro suele contener pequeñas piedras o partículas abrasivas. Y la experta en detailing avisa: «Nunca frotes en seco, es uno de los mayores errores que comete la gente. Primero ablanda, luego retira». Y tiene razón: una limpieza mal hecha puede causar más daño que el propio barro. Por eso, la rapidez y el método adecuado son clave en cualquier sesión de detailing.