Durante décadas, muchos motoristas han tratado las líneas pintadas del asfalto con recelo: especialmente en curvas, ese blanco llamativo era considerado casi un enemigo invisible al que no acercarse con la rueda. La creencia general —y en muchos casos justificada por experiencias y caídas pasadas— era que la pintura ordinaria era resbaladiza, y que pisarla al entrar o salir de una curva era un riesgo innecesario. Esa sombra de duda ha acompañado al mundo de la moto durante muchos años.
Hoy, sin embargo, ese mito está siendo desafiado. Nuevas técnicas de señalización vial combinadas con materiales antideslizantes permiten que esas mismas líneas que suscitan desconfianza se conviertan en aliadas para la seguridad en carretera. En puntos clave, especialmente en curvas peligrosas, se prueban pinturas y marcas transversales capaces de guiar al motorista y reducir accidentes. La diferencia no está solo en la química de la pintura, sino en la estrategia de colocación inteligente.
4Beneficios esperados para la moto y la seguridad vial

Para los motoristas, la ventaja radica en recibir una guía visual más fiable en curvas peligrosas, lo que reduce la probabilidad de invadir el carril contrario al anticiparse mal en una curva. Muchos choques o salidas de vía se producen por trazadas mal ejecutadas o por reacciones bruscas. Si el sistema ayuda a mantener distancia del eje y favorece una trayectoria más centrada, el margen de error se reduce.
Además, este sistema tiene un efecto indirecto: reduce el riesgo de accidente múltiple. Cuando una moto pierde el control y invierte su trazada, puede involucrar coches en sentido contrario. Evitar ese primer fallo puede prevenir tragedias mayores.