Durante décadas, muchos motoristas han tratado las líneas pintadas del asfalto con recelo: especialmente en curvas, ese blanco llamativo era considerado casi un enemigo invisible al que no acercarse con la rueda. La creencia general —y en muchos casos justificada por experiencias y caídas pasadas— era que la pintura ordinaria era resbaladiza, y que pisarla al entrar o salir de una curva era un riesgo innecesario. Esa sombra de duda ha acompañado al mundo de la moto durante muchos años.
Hoy, sin embargo, ese mito está siendo desafiado. Nuevas técnicas de señalización vial combinadas con materiales antideslizantes permiten que esas mismas líneas que suscitan desconfianza se conviertan en aliadas para la seguridad en carretera. En puntos clave, especialmente en curvas peligrosas, se prueban pinturas y marcas transversales capaces de guiar al motorista y reducir accidentes. La diferencia no está solo en la química de la pintura, sino en la estrategia de colocación inteligente.
3Mito vs realidad: ¿resbalan las líneas pintadas?

Una de las bases del viejo miedo es que las marcas del asfalto son superficies lisas y deslizantes, especialmente al mojarse o bajo lluvia. En el pasado, esa percepción tenía fundamento. Los motoristas aprendieron rápido que evitar la línea blanca en medio de una curva era una norma no escrita.
Sin embargo, los nuevos compuestos de pintura vial han incorporado elementos antideslizantes y microesferas reflectantes que aportan adherencia adicional. En combinación con un diseño bien pensado de la señalización (transversales, círculos), esa barrera del mito comienza a caer. Las marcas ya no son un peligrolatente, sino una pista visual segura.