El mundo mecánico puede parecer indescifrable para la mayoría de conductores, pero gracias a los profesionales podemos entender qué ocurre bajo el capó. Uno de esos expertos es Juan José, conocido por mostrar en su canal de TikTok las averías que entran a su taller cada día.
Este mecánico ha lanzado una advertencia muy seria sobre uno de los problemas más frecuentes y peligrosos que se encuentra: los fallos en la cadena de distribución. No importa la marca de tu coche ni lo moderno que sea; si lleva cadena y no la cuidas, estás jugando a la ruleta rusa con la vida de tu motor.
El sonido que nunca quieres escuchar

Juan José describe una escena que se repite de forma habitual en su taller. Llega un cliente preocupado porque su coche hace un ruido extraño, como un repiqueteo metálico constante que se acelera al pisar el pedal. Muchos conductores creen que es algo leve, quizás una correa suelta o un plástico vibrando. Sin embargo, el diagnóstico suele ser mucho más severo. En la mayoría de estos casos, el culpable es la cadena de distribución.
La cadena de distribución es la encargada de sincronizar el movimiento de las partes internas del motor. Con el paso del tiempo, el desgaste natural, la calidad de los materiales o la acumulación de kilómetros hacen que esta cadena sufra. Juan José explica que la cadena puede estirarse o relajarse. Técnicamente no es que el metal se estire como un chicle, sino que la holgura entre los eslabones aumenta por el desgaste, haciendo que la cadena sea más larga de lo que debería.
Cuando esto ocurre, la cadena pierde tensión y ya no se ajusta a los engranajes y esa holgura es lo que provoca el ruido metálico que escuchas. Es la cadena golpeando contra las guías o vibrando porque ya no está tensa. Juan José aclara que hasta cierto punto es normal que cojan ese estiramiento por el uso continuado, pero hay líneas rojas que no se deben cruzar si quieres que tu coche siga funcionando.
¿Por qué puede fallar una cadena?

Existe una creencia popular muy extendida de que la cadena de distribución, a diferencia de la correa de distribución, dura para siempre y no necesita mantenimiento. Y aunque es cierto que es mucho más robusta y duradera que una correa de goma, pensar que es indestructible es un error que te saldrá muy caro. Juan José advierte de situaciones preocupantes, como cuando una cadena recién cambiada empieza a hacer ruido al poco tiempo. Esto no es normal bajo ningún concepto y suele indicar problemas graves.
El experto señala dos escenarios posibles cuando esto sucede en una cadena nueva o con pocos kilómetros.
El primero es un error humano durante el montaje. La mecánica moderna es precisión pura, y un pequeño desajuste al instalar los tensores o las guías puede provocar que, a la larga, la cadena pierda su tensión correcta.
El segundo escenario es un defecto de fábrica en la propia pieza, algo que aunque es poco común, puede suceder. También existe la posibilidad de que la cadena se estire prematuramente sin motivo aparente, algo que el mecánico califica como algo que «no debería ocurrir» pero que se ve en los talleres.
Sea cual sea la causa, el resultado es que el motor deja de funcionar con precisión. Si la cadena salta un diente de los engranajes debido a esa holgura, el motor perderá potencia, consumirá más y funcionará de manera irregular. Pero si la cadena llega a romperse, el daño es total: los pistones chocarán contra las válvulas a gran velocidad, destrozando el interior del motor en una fracción de segundo. En ese momento, la reparación suele ser tan costosa que muchas veces supera el valor del propio coche.
El secreto de mecánico que muchos ignoran

Aquí es donde entra el consejo de Juan José. La mejor forma de evitar que la cadena se estire antes de tiempo y empiece a sonar ese temido ruido metálico es el mantenimiento preventivo. Y no hablamos de reparaciones complejas, sino de algo tan básico como el cambio de aceite. El mecánico recomienda encarecidamente cambiar el aceite del motor cada 10.000 o 15.000 kilómetros, sin excepción.
Puede que te preguntes qué tiene que ver el aceite con una cadena metálica. La respuesta es que tiene que ver. y mucho. A diferencia de las correas que funcionan en seco, la cadena de distribución vive bañada en el aceite del motor. Necesita lubricación constante para evitar que la fricción entre los eslabones y los piñones desgaste el metal. Si el aceite es viejo, pierde sus propiedades lubricantes. Peor aún, si el aceite está sucio y lleno de impurezas, actúa como una lija microscópica que va limando el metal poco a poco, aumentando la holgura y provocando ese estiramiento fatal.
Por eso, estirar los cambios de aceite más de la cuenta para ahorrar unos euros es la forma más rápida de gastar miles de euros en una avería.La lección que deja este mecánico es clara: la prevención es la mejor herramienta. No subestimes nunca un ruido nuevo en tu coche. Ese sonido metálico repetitivo no se va a arreglar solo; al contrario, irá a más con cada kilómetro que recorras. Lo que empieza como un sonido casi imperceptible que solo tú notas, puede terminar dejándote tirado en el arcén de una autopista.








