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jueves, 20 noviembre 2025

Pedro (54), mecánico: «Si llueve mucho y entra agua en el coche, dejar que se seque no basta»

Tras las lluvias torrenciales, muchos conductores cometen un error fatal al intentar arrancar su vehículo. El deterioro que no se ve puede causar averías muy graves.

Las tormentas fuertes se están convirtiendo en un fenómeno muy habitual en España, y el agua causa daños muy cuantiosos. Algunos de estos daños son visibles, pero otros no se dejan ver hasta pasado un tiempo, en especial si no se toman ciertas medidas. Esto es lo que ocurre con un coche que ha estado en la calle mientras el agua cubría la mitad de las ruedas hace unas horas.

Tras la tormenta, sientes el alivio de que lo peor ha pasado y la urgencia de saber si tu vehículo funciona. Te acercas con la llave en la mano, abres la puerta y te sientas. Metes la llave en el contacto para arrancarlo, pero estás a punto de cometer el error más caro de tu vida como conductor.

Pedro, mecánico experimentado, cuenta que el agua es el enemigo más traicionero del motor. Insiste en que la creencia de dejar el coche al sol con las ventanillas abiertas para que todo se seque y no hacer nada más es una receta para el desastre.

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Pasos a seguir si el agua ha llegado al motor

balsa de agua
Fuente propia

Los motores de combustión funcionan comprimiendo una mezcla de aire y combustible dentro de los cilindros. El aire es un gas y se deja comprimir con facilidad, permitiendo que el pistón suba y baje a toda velocidad. Sin embargo, el agua es un líquido y los líquidos no se pueden comprimir. Cuando el agua entra por la admisión de aire y llega a los cilindros, el pistón sube con una fuerza tremenda intentando comprimir ese agua. Como el líquido no cede, algo tiene que romperse.

Este fenómeno se llama hidrobloqueo o bloqueo hidráulico, y es la sentencia de muerte para un motor. Pedro explica que cuando esto sucede, la fuerza es tal que las bielas se doblan como si fueran de plastilina. En casos más graves, incluso se pueden partir y atravesar el bloque del motor, saliendo disparadas hacia fuera.

Si intentas arrancar el coche y hay agua dentro, se producirá esta peligrosa situación. Por eso, bajo ningún concepto, intentes arrancar el coche si sospechas que el agua ha llegado a la altura de la admisión de aire o si el vehículo ha estado sumergido, aunque sea de forma parcial.

Si no lo puedes arrancar, ¿qué hay que hacer? Lo primero es la seguridad: no toques nada si estás dentro del agua. Una vez que ha bajado y es seguro acercarse, desconecta la batería. Debes empezar por el borne negativo para cortar cualquier flujo de electricidad y evitar esos cortocircuitos de los que hablábamos antes. Esto detiene la corrosión electrolítica en seco.

El siguiente paso es comprobar hasta dónde ha llegado el agua. Busca la línea de barro o suciedad en la carrocería y en el interior. Abre el capó y localiza el filtro del aire. Si está mojado o húmedo, es una señal de que el agua ha entrado en el sistema de admisión. En este punto, tu única opción es llamar a la grúa. No intentes nada más. Si el filtro está seco es buena señal, pero no una garantía total.

Pedro también recomienda mirar la varilla del aceite. Si al sacarla ves que el aceite tiene un color café con leche o parece mayonesa, significa que el agua se ha mezclado con el aceite en el cárter. Si ves esto, el motor está contaminado y, de nuevo, intentar arrancarlo sería fatal porque el agua no lubrica y griparías el motor en cuestión de segundos.

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La electrónica sumergida, otro peligro

sistema diagnosis electrónica
Fuente: Freepik

Los coches modernos ya no son simple mecánica, sino que se parecen a ordenadores con ruedas. Bajo las alfombrillas, dentro de las puertas y detrás del salpicadero corren kilómetros de cables y se esconden decenas de centralitas y sensores. El agua de lluvia, y peor aún si es agua sucia de una riada, es una conductora excelente de electricidad.

Si el agua ha entrado en el habitáculo, aunque solo sea un par de dedos sobre el suelo, es muy probable que haya alcanzado las conexiones de los airbags, los pretensores de los cinturones de seguridad o la centralita que gestiona el confort del vehículo.

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Pedro advierte que, al intentar encender el contacto, envías corriente eléctrica a todos estos componentes mojados. El resultado es un cortocircuito que puede freír los elementos electrónicos del coche. A veces el fallo es instantáneo y no funciona nada, mientras que otras el coche parece funcionar bien al principio, pero el agua inicia un proceso de corrosión en los contactos. Semanas o meses después, empiezan a fallar las luces, el coche se para sin motivo o saltan testigos de averías que nadie sabe diagnosticar.

El papel del seguro y la letra pequeña

¿Vale la pena contratar un seguro?
Fuente propia

Muchos conductores asumen que su seguro a todo riesgo lo cubre todo, pero en realidad hay matices. Si la inundación se considera un desastre natural o producto de una tormenta atípica, es posible que tu aseguradora se lave las manos y tengas que recurrir al Consorcio de Compensación de Seguros. Este organismo se hace cargo de los daños producidos por fenómenos extraordinarios, pero exige que tengas tu póliza al día y que hayan pasado ciertos días desde que la contrataste.

Además, hay una diferencia entre que el coche se inunde estando bien aparcado o que decidas cruzar una calle inundada. Si el perito determina que hubo negligencia por tu parte, es muy probable que ni el seguro ni el Consorcio te cubran la avería. Se considera que has agravado el riesgo de forma innecesaria. Por eso, ante la duda de si tu coche pasará o no por ese charco gigante, la respuesta siempre debe ser dar la vuelta.

El agua y los coches son una mezcla explosiva. Esperar a la grúa y dejar que un profesional evalúe los daños antes de girar la llave puede marcar la diferencia entre una limpieza profunda y tener que tirar el coche al desguace.

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