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jueves, 30 octubre 2025

Por todas estas cosas puedes convertirte en un conductor molesto

La mayoría de los conductores piensa que conduce bien, pero muchos cometen errores que molestan al resto. Desde no usar el intermitente hasta frenar bruscamente o invadir el carril izquierdo, hay hábitos que irritan y ponen en riesgo la convivencia. Ser consciente de ellos es el primer paso para dejar de ser ese conductor molesto.

Conducir no solo consiste en manejar un vehículo, sino en convivir con otros usuarios en la carretera. Es una actividad en la que intervienen muchos factores: la técnica, la atención, el respeto a las normas y, sobre todo, la actitud. Y aunque la mayoría de los automovilistas cree que conduce bien, la realidad es que todos —sí, todos— hemos sido alguna vez ese conductor molesto que irrita al resto sin darse cuenta.

Puede ser un simple olvido de poner el intermitente, una maniobra mal calculada o un exceso de confianza que se convierte en imprudencia. Pero la suma de esos pequeños errores genera tensión, estrés y, en ocasiones, hasta accidentes. La convivencia en la carretera depende de gestos tan sencillos como ceder el paso, respetar la distancia o evitar el claxon cuando no hace falta. Y sin embargo, estos detalles siguen siendo los que más conflictos generan entre conductores.

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Circular por el carril izquierdo o central sin motivo

Paso peaje salida ciudad
Arco de peaje al salir de una ciudad- Fuente propia/IA

Otro clásico que irrita a cualquier conductor es el uso indebido del carril izquierdo o del carril central en autopistas. La normativa es clara: se debe circular siempre por la derecha, salvo para adelantar. Sin embargo, cada día miles de conductores ocupan los carriles más rápidos sin necesidad, generando retenciones y maniobras peligrosas.

Circular “por el medio” porque se va más cómodo o porque “hay menos tráfico” no solo molesta, sino que puede ser sancionable. El carril izquierdo está reservado para adelantar, y hacerlo mal puede generar una cadena de vehículos detrás que no pueden mantener el ritmo o adelantar con seguridad. Es un tipo de comportamiento pasivo, pero profundamente irritante, porque denota falta de empatía y conocimiento de las normas básicas de convivencia vial.

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