El coche eléctrico se está presentando como la gran solución de movilidad del futuro. No genera emisiones, es silencioso y las tecnologías que se utilizan hacen que cada vez tengan una mayor autonomía. Sin embargo, con la llegada del frío estos coches tienen algunos problemas que, si no se solucionan, pueden hacer que las baterías se agoten antes de lo esperado.
Fidel, un mecánico con experiencia que se ha especializado en coches eléctricos e híbridos, tiene una advertencia muy clara, pero también una solución que muy pocos conductores aplican.
Por qué no se llevan bien el coche eléctrico y el frío

Cuando hace mucho frío en la calle, la batería de iones de litio de un coche eléctrico sufre una alteración, y la química interna de las celdas de la batería se vuelve perezosa con las bajas temperaturas.
La explicación técnica simplificada es que la conductividad del electrolito disminuye y la resistencia interna aumenta. Esto significa que la energía fluye con mucha más dificultad entre el ánodo y el cátodo, como si intentaras correr dentro de una piscina llena de miel espesa en lugar de agua. El resultado directo es que el coche necesita esforzarse más para entregar la misma potencia, y ese esfuerzo extra se paga con kilómetros de autonomía.
Pero no te preocupes, porque la buena noticia es que este fenómeno físico tiene solución si sabes cómo contrarrestarlo cambiando un poco tus hábitos diarios.
El error de la calefacción

Hablando de combatir el frío, aquí es donde muchos conductores cometen un error garrafal que destroza la autonomía en invierno. Entras en el coche, tienes frío y pones el climatizador a tope para calentar el aire del habitáculo lo más rápido posible.
Es importante saber que calentar aire es un proceso termodinámico muy costoso en términos de energía, en especial si tu coche no equipa una bomba de calor eficiente y usa resistencias convencionales.
La recomendación es utilizar los asientos calefactables, si tu coche dispone de ellos. Estos sistemas transmiten el calor a tu cuerpo por conducción, algo mucho más eficiente y que consume una fracción ridícula de electricidad en comparación con el sistema general. Si necesitas usar el climatizador para desempañar o mantener el ambiente, intenta que sea a una temperatura moderada, pero confía en los asientos para tu confort térmico inmediato. Tu coche eléctrico podrá añadir kilómetros extra para tu trayecto.
La presión de los neumáticos es clave

Otro aspecto fundamental que a menudo pasa desapercibido es el estado de los neumáticos, que en invierno también pueden jugar en tu contra respecto al consumo. Con el descenso de las temperaturas, el aire se comprime y la presión de los neumáticos baja de forma natural sin que haya ningún pinchazo. Un neumático con la presión baja tiene más superficie de contacto con el asfalto, lo que aumenta el coeficiente de rozamiento.
Más rozamiento significa que el motor tiene que empujar con más fuerza para mover el coche a la misma velocidad, y eso dispara el consumo de kilovatios. Por eso, es muy recomendable revisar la presión con mucha más frecuencia en los meses de frío. Mantenerlas en su punto óptimo hará que el coche ruede con mucha menos resistencia. Es una comprobación que lleva apenas dos minutos y que puede suponer ganar un buen puñado de kilómetros de alcance en cada viaje largo, además de mejorar la seguridad del vehículo.
Otros detalles importantes

Además, el lugar donde aparcas el coche es clave para la autonomía del día siguiente. Si tienes un garaje, úsalo siempre. Parece una obviedad, pero la diferencia de temperatura entre la calle y un garaje cerrado puede ser de varios grados, los suficientes para que la batería no esté demasiado fría por la mañana. Si no tienes más remedio que aparcar en la calle, busca las zonas más resguardadas del viento o donde sepas que va a dar el sol a primera hora de la mañana.
Por último, recuerda que en invierno las rutas pueden complicarse por el clima, así que planificar tu viaje con un margen de seguridad mayor es vital. No apures la batería de tu coche eléctrico hasta el límite como harías en primavera. Si antes llegabas con un diez por ciento de sobra, en invierno ese porcentaje puede esfumarse por un atasco con la calefacción puesta o un viento fuerte de cara.
Pero no hay que tener miedo al coche eléctrico en invierno, solo hay que entenderlo y cuidarlo.







