Si últimamente has visto en tu edificio un coche chino reluciente y silencioso, no es casualidad. Las marcas asiáticas llevan tiempo ganando terreno en Europa, y España se está convirtiendo en punto estratégico para su desembarco. La llegada masiva de eléctricos e híbridos procedentes de Asia no solo está cambiando lo que vemos en las calles, también lo que ocurrirá pronto en nuestra industria.
Uno de los nombres que más suena en este movimiento es BYD, un fabricante que ha pasado de ser un desconocido a convertirse en líder global en apenas una década. La marca quiere expandirse con fuerza en Europa, y todo apunta a que España será un pilar clave. Hasta el punto de que ya negocia dónde abrir su próxima gran fábrica.
6¿Qué supondría la llegada del gigante chino?
La implantación de BYD en España no solo tendría impacto en la comunidad que resulte elegida, sino en toda la industria nacional. Una fábrica de este calibre podría generar miles de empleos directos y muchos más indirectos, reactivar cadenas de suministro, atraer inversiones en tecnología eléctrica y colocar a España en el centro de la movilidad del futuro.
Además, la presencia del líder chino incrementaría la competencia en el mercado nacional, lo que podría traducirse en mejores precios, más opciones y un empujón definitivo al coche eléctrico. Pero también abriría debates sobre la dependencia industrial, la competencia con fabricantes europeos y las estrategias de protección del mercado, temas que ya están sobre la mesa de Bruselas.







