La Seguridad Vial en España acaba de dar un giro drástico en su comunicación. La DGT ha recuperado la línea dura en sus mensajes, apelando a la emoción y las consecuencias de un siniestro. Atrás quedan, por un momento, las campañas que solo se centran en la multa o los puntos del carnet.
El organismo pone el foco en algo mucho más grave, que tiene que ver con la culpa, el arrepentimiento y las secuelas que te acompañarán hasta el final de tus días.
El lema es demoledor: “En un siniestro de tráfico puedes morir o perder tu vida”. Esta frase es el eje central de una campaña diseñada para reforzar la idea de que la seguridad vial no es solo una norma, sino una responsabilidad compartida y humana.
1Un segundo que lo cambia todo
En la nueva campaña, la DGT muestra una escena cotidiana: un conductor que aparta la vista de la carretera un segundo para mirar su móvil.
Pero en ese segundo, se desencadena un choque mortal. El resultado es devastador: fallecen una madre y su hija. El conductor imprudente, sin embargo, sobrevive. Y aquí es donde la campaña golpea con toda su crudeza, porque te enseña que, si no mueres en el acto, «pierdes tu vida» de todas las maneras posibles.
Si la muerte de las víctimas es la consecuencia inmediata más terrible, la campaña se centra en la vida del infractor superviviente. Esta nueva realidad viene cargada de lesiones físicas que pueden ser permanentes, un proceso penal que te puede llevar a prisión y una carga psicológica insoportable.
La DGT insiste en que las secuelas de una imprudencia son “reales, profundas y para toda la vida”. El conductor sobrevive para enfrentarse a noches de insomnio interminables, a la necesidad de pastillas para poder levantarse por las mañanas y a una ansiedad que lo acompaña en cada momento. La culpa se convierte en parte de la existencia. La DGT lo verbaliza con frases que duelen:
- “Corres más un día porque llegas tarde y tardas una vida en olvidarlo”.
- “Conduces después de tomarte una y eres responsable de dos vidas menos”.
La DGT deja claro que detrás de cada accidente hay una elección que podía haberse evitado: la distracción, el exceso de velocidad o el consumo de alcohol. La campaña te recuerda que tú tienes el control de esa decisión, y que la cadena de consecuencias empieza precisamente ahí.








