¿Alguna vez has confiado en un accesorio para el coche pensando que te sacaría de un apuro… y de pronto, en el peor momento, has descubierto que no sirve para lo que creías? Es justo lo que le pasó a Carlos. En plena nevada, un control de la DGT le obligó a detenerse en la A-6 por llevar unas cadenas inadecuadas. Lo que iba a ser un simple desplazamiento laboral terminó convertido en lección.
Su historia no solo muestra lo fácil que es caer en la confusión, sino también lo rápido que la carretera te pone a prueba cuando el tiempo se complica. La escena podría haberle ocurrido a cualquiera: nieve intensa, obligación de usar cadenas y una falsa sensación de seguridad por culpa del boca a boca y la publicidad. Lo que aprendió aquel día es algo que todo conductor debería saber antes de circular en invierno.
2Cuando la teoría se topa con la normativa
Aquella mañana, la nieve caía con intensidad en el tramo final de la A-6 hacia Guadarrama. Los paneles luminosos avisaban: «Uso obligatorio de cadenas o neumáticos de invierno». Confiado, Carlos paró en un arcén y montó sus cadenas de tela. «Tardé un minuto por rueda, era facilísimo. Pensé que así iría perfecto», recuerda. Pero apenas unos kilómetros después, un control de la DGT le obligó a parar.
El agente le explicó que sus cadenas textiles no estaban homologadas como equivalentes a las metálicas. «Me sentí entre sorprendido y frustrado. ¿Cómo iba a saberlo?», explica Carlos. La normativa no le permitía continuar el trayecto, así que tuvo que dar media vuelta. «Y sin trabajar ese día, claro», añade.








