Natalia tiene 39 años, más de quince de experiencia como profesora de autoescuela y una habilidad especial para transmitir a sus alumnos la importancia de conducir con respeto, cabeza y prudencia. Entre señales, exámenes prácticos y maniobras en zonas industriales, asegura que hay una lección que ninguno de sus alumnos olvida jamás: la historia de Mansfield, un caso trágico que cambió para siempre la normativa relacionada con los vehículos pesados. Cada vez que alguien se acerca demasiado a un camión, ella repite el mismo nombre y, de inmediato, nota cómo el alumno se recoloca en el carril y aumenta la distancia de seguridad sin que nadie tenga que insistirle.
En un contexto en el que las carreteras están cada vez más saturadas, la convivencia entre turismos y vehículos de gran tonelaje se convierte en un elemento clave para reducir riesgos. Chocar contra un camión no es comparable a un golpe con otro coche: el peso, la altura, la visibilidad y la distancia de frenado cambian por completo las reglas del juego. Por eso, Natalia ha hecho de esa anécdota histórica una herramienta pedagógica efectiva y, según afirma entre risas, “más útil que cien diapositivas llenas de texto”. Pero tras la broma se esconde un mensaje profundo y necesario.
2Qué ocurrió con Mansfield y por qué se menciona aún en autoescuelas
Mansfield es el apellido de una conocida actriz estadounidense que falleció en 1967 en un accidente de tráfico especialmente impactante. Su coche se incrustó bajo la parte trasera de un camión, lo que generó un tipo de siniestro que hoy las autoridades llaman “underride”: cuando un turismo se desliza por debajo de un vehículo de mayor tamaño.
Este suceso, unido a otros accidentes similares, llevó a incluir en los camiones una pieza que hoy es obligatoria: la barra antiempotramiento. Natalia usa este ejemplo real porque ayuda a que los alumnos comprendan las consecuencias de pegarse demasiado a un camión sin mantener una distancia prudencial. Lo explica con detalle, sin caer en sensacionalismos, y afirma que la reacción de los alumnos siempre es la misma: silencio y atención absoluta.








