La lluvia aumenta el riesgo de sufrir un accidente en carretera y eso es lo que nos recuerda Pablo, profesor de autoescuela con bastantes años de experiencia a sus espaldas. «La mayoría de conductores sabe cómo acelerar, pero pocos saben cómo frenar correctamente sobre mojado», recuerda.
Lo más complicado de la lluvia suelen ser las primeras gotas, porque se mezclan con la suciedad presente en el asfalto —polvo, aceite– y hacen que el asfalto resbale más de la cuenta. Pero con lluvia abundante también aumenta el riesgo de sufrir aquaplaning y lógicamente se reduce la visibilidad en carretera.
Por eso, ahora que ya le hemos dado la bienvenida al otoño hace unas semanas, este profesor de autoescuela nos explica cómo conducir con lluvia y, lo más importante, los consejos que debes tener en cuenta para evitar un accidente. Toma nota.
Comprueba los neumáticos y frenos antes de que empiece a llover

El primer consejo es prácticamente de sentido común, aunque muchos conductores lo pasan por alto. «La mayoría no revisa los neumáticos hasta que llega la ITV o hasta que el coche ya no frena como antes», explica. La profundidad mínima legal del dibujo es de 1,6 mm, pero lo recomendable es cambiar los neumáticos cuando el dibujo baja de los 3 mm.
Un neumático desgastado triplica la distancia de frenado en mojado. Y si la presión no es la que recomienda el fabricante, también se reduce el contacto de la banda de rodadura con el asfalto. Hacer estas dos comprobaciones es tan fácil como tener una moneda a mano para el dibujo y pasar por la gasolinera para verificar la presión.
Ojo también con los frenos. Con la humedad, las pastillas pueden perder su eficacia de forma temporal, y la manera de saberlo es agudizando el oído. Si escuchas algún chirrido metálico o alguna vibración al pisar el pedal de freno, comprueba el estado de todo el sistema de frenos antes de seguir circulando. «Y ya que estamos, revisa los limpiaparabrisas o y el nivel de líquido. Ver bien es tan importante como frenar a tiempo», sostiene.
Conduce de forma suave y anticípate al aquaplaning

El segundo consejo de este profesor de autoescuela tiene más que ver con el estilo de conducción que con la mecánica. Cuando llueve, las maniobras deben ser mucho más suaves, así que evita acelerar, frenar o girar de manera brusca, porque los neumáticos pueden perder adherencia y sufrir aquaplaning.
Es un fenómeno que quizá te resulta familiar si eres aficionado a las carreras, pero puede ocurrir en la vida real si el neumático no consigue evacuar toda el agua y el coche ‘flota’ sobre la superficie. «No depende solo de la velocidad, también incluye la profundidad del agua, la presión del neumático o el tipo de dibujo», advierte Pablo por su experiencia como profesor de autoescuela.
Si ocurre, lo peor que puedes hacer es frenar, aunque sea el instinto natural. Este profesor de autoescuela recomienda mantener el volante recto, levantar ligeramente el pie del acelerador y esperar a que el coche recupere el contacto con el asfalto. Si giras, lo más probable es que termines haciendo un trompo.
Los sistemas de ayuda a la conducción, como el ABS o el control de estabilidad, nos echan una mano cuando llueve, pero lógicamente no son milagrosos ni tampoco pueden salvarte si cometes una imprudencia.
El último consejo de este profesor de autoescuela: aumenta la distancia de seguridad

Por último, el tercer consejo (y quizá el más simple): aumenta la distancia de velocidad cuando llueve y reduce la velocidad. En mojado, la distancia de seguridad debería ser, como mínimo, el doble de la habitual. «Cuando llueve, el coche tarda más en frenar y tú también tardas más en reaccionar», señala el profesor de autoescuela.
La velocidad debe adaptarse siempre al entorno, mucho más con lluvia, pero hay que tener cierto margen de maniobra. Y como en estas condiciones hay menos visibilidad y adherencia, necesitas más espacio para anticipar lo que ocurre delante.
«Muchos piensan que conducir bien es ir rápido y controlar el coche, pero en realidad es saber cuándo levantar el pie», añade para cerrar.