El mundo del automóvil está en un momento decisivo. La tecnología avanza vertiginosamente y sistemas antes exclusivos de vehículos de alta gama —como los asistentes a la conducción— hoy son protagonistas en casi cualquier coche moderno. Un salto tecnológico que impacta directamente en la movilidad, incluso en la ITV, cuya función va mucho más allá de ser un simple trámite administrativo.
En este contexto, los ADAS y los ARAS emergen como actores clave. Si bien aumentan la seguridad y reducen el riesgo de accidentes, también exigen un nivel de inspección más preciso y complejo. Esta realidad ha llevado al sector de ITV a una reivindicación clara: necesitan acceso a la información electrónica de los vehículos para poder verificar su correcto funcionamiento. Y ahí se abre un debate que marcará un antes y un después para los conductores.
5Un punto de inflexión para la movilidad en España
El mensaje del Congreso es claro: la ITV debe avanzar al mismo ritmo que la tecnología para seguir cumpliendo su función de velar por la seguridad y reducir el impacto ambiental del transporte. El futuro de la movilidad pasa por una inspección conectada, digital y basada en datos. Los ADAS y ARAS no solo están transformando cómo conducimos, también cómo se verificará la seguridad de los vehículos.
El conductor tendrá que habituarse a este nuevo escenario. La ITV del futuro será más precisa, más tecnológica y más exigente. Pero también más justa, transparente y orientada a garantizar que todos los vehículos que circulan por las carreteras cumplen con los estándares de seguridad y emisiones. Si tienes un coche equipado con ADAS, prepárate: tu próxima ITV no será como las anteriores.








