El mundo del automóvil está en un momento decisivo. La tecnología avanza vertiginosamente y sistemas antes exclusivos de vehículos de alta gama —como los asistentes a la conducción— hoy son protagonistas en casi cualquier coche moderno. Un salto tecnológico que impacta directamente en la movilidad, incluso en la ITV, cuya función va mucho más allá de ser un simple trámite administrativo.
En este contexto, los ADAS y los ARAS emergen como actores clave. Si bien aumentan la seguridad y reducen el riesgo de accidentes, también exigen un nivel de inspección más preciso y complejo. Esta realidad ha llevado al sector de ITV a una reivindicación clara: necesitan acceso a la información electrónica de los vehículos para poder verificar su correcto funcionamiento. Y ahí se abre un debate que marcará un antes y un después para los conductores.
3¿Por qué los ADAS y ARAS cambiarán tu experiencia en la ITV?
Hasta ahora, la inspección técnica revisaba sistemas físicos, mecánicos y estructurales: luces, frenos, neumáticos, emisiones, chasis… Pero los coches actuales dependen de la electrónica para ejecutar funciones vitales. Un sensor mal calibrado, una cámara cubierta o un software desactualizado pueden comprometer la seguridad; pero no son fallos visibles a simple vista. Por eso, el sector de la ITV pide acceso a la información digital: sin él, no pueden garantizar que el vehículo sea realmente seguro, aunque apruebe la inspección.
La introducción de herramientas que permitan verificar el funcionamiento de los ADAS y ARAS exigirá a los conductores mantener sus vehículos actualizados y en perfecto estado electrónico. Una luz de advertencia en el cuadro, una actualización pendiente o un fallo puntual de calibración podrán convertirse en motivo para no superar la ITV. El mantenimiento del coche dejará de ser solo una cuestión de mecánica.








