¿Imaginas conducir durante dos horas seguidas por una carretera en línea recta sin mover en absoluto el volante? En Arabia Saudí hay una recta larguísima de 240 kilómetros por la que no deberías pasar jamás si tienes sueño, viajas solo o no tienes buena música, porque tiene todos los ingredientes para favorecer las distracciones.
Cada país tiene sus propias carreteras, algunas más míticas que otras. Unas lo son por los paisajes, por las curvas y otras por justo lo contrario, como es el caso de Arabia Saudí. Aunque la realidad es que los ingenieros que la diseñaron lo hicieron con un propósito muy concreto. ¿Por qué alguien construiría una recta tan larga?
La recta más larga del mundo: dónde está y cómo es
El ‘título’ de la recta más larga del planeta pertenece a la Highway 10, una autopista saudí que recorre buena parte del país y que une zonas importantes para el transporte de mercancías. Sin embargo, el tramo que ha dado la vuelta al mundo es el que conecta Haradh con Al Batha, pues son 240 kilómetros en línea recta, sin una sola curva que obligue a mover el volante más allá de lo necesario para mantener el coche centrado en el carril.
Su historia es tan curiosa como su longitud. La Highway 10 nació como una vía privada construida para un monarca. Sin embargo, con el paso del tiempo y a medida que el país mejoró sus conexiones logísticas, terminó convirtiéndose en una vía importante entre Arabia Saudí y los Emiratos. Hoy, miles de camioneros circulan por esta carretera en línea recta para transportar mercancías y atravesar el desierto.
El entorno también tiene mucho que decir. Esta carretera cruza el Rub’ al Khali, el desierto de arena más grande del mundo. Es un territorio plano, sin accidentes geográficos, sin montañas ni valles. Traducido a la ingeniería, es un lugar perfecto para trazar rectas kilométricas sin necesidad de modificar nada del terreno.
No pienses que es un camino de tierra ni mucho menos. Es una autopista moderna, asfaltada y con mucho más tráfico del que puedas imaginar al oír hablar del desierto. Los límites de velocidad son otro detalle interesante, porque aunque varía por tramos, hay algunos en los que es imposible circular ‘rápido’ por el flujo constante de camiones.
Sea como sea, no hay ninguna otra carretera moderna que alcance esos 240 kilómetros sin ningún giro. Ni la famosa Eyre Highway australiana, con sus 145 kilómetros, ni las largas rectas de México o Paraguay, ni las interminables líneas de Dakota del Norte en Estados Unidos.
Los peligros de conducir horas en línea recta
Es tentador pensar que una carretera con curvas es más peligrosa que una recta, porque nos obliga a estar más pendientes y a controlar mejor el vehículo, pero ocurre justo lo contrario. La monotonía es uno de los peores enemigos a la hora de conducir, porque si no hay ningún estímulo, el cerebro baja la guardia.
Es normal que después de conducir durante un rato, los colores del desierto se mezclen y aparezca lo que los expertos llaman ‘hipnosis de carretera’. Es una sensación de desconexión total con la carretera al sentir que estamos conduciendo por pura inercia.
Lo peor también es que el entorno donde se ubica esta larga recta es favorable a las temperaturas extremas por su cercanía con el desierto. Y cuanto más calor haga dentro del coche, menos tiempo tarda en aparecer la fatiga. Como las autoridades son conscientes, ya han reforzado la seguridad en esta recta con arcenes amplios, más señalización y marcas reflectantes que obligan a los conductores a mantener la atención.
