La segunda generación del Insignia llega con ganas de emular el éxito de su antecesor. Y virtudes no le faltan a la berlina alemana, que progresa en términos de tecnología y pesa mucho menos, con todo lo bueno que ello conlleva.
La segunda generación del Insignia llega con ganas de emular el éxito de su antecesor. Y virtudes no le faltan a la berlina alemana, que progresa en términos de tecnología y pesa mucho menos, con todo lo bueno que ello conlleva.