Los coches Grupo B de rally son una auténtica leyenda, de la cual nacieron auténticas joyas para la calle, ya que, por aquel entonces, la FIA obligaba a fabricar al menos 200 ejemplares de calle para poder homologar el modelo de carreras. Gracias a esta 'blanda' normativa, muchos fueron los fabricantes que decidieron embarcarse en la aventura, pues además contaban con prácticamente libertad total para hacer sus coches de rally.