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Rolls-Royce elige la Riviera francesa para poner a punto su primer eléctrico

La compañía de Goodwood ha desarrollado un sensacional programa de pruebas para poner a punto su futuro Rolls-Royce Spectre. El primer eléctrico de la firma británica ahora se contonea por el sur de Francia, por carreteras en las que seguro lo disfrutan sus futuros y afortunados propietarios.

Rolls-Royce tiene dos excelentes razones para poner a punto su primer vehículo eléctrico en la Riviera francesa. La primera de ellas lleva el nombre de Miramas, que como sabrás es un extraordinario centro de desarrollo para vehículos. Ubicado a apenas tres horas en coche de la elitista Saint-Tropez, en sus instalaciones hay pistas de pruebas de todo tipo e incluso diferentes túneles de viento.

La Riviera francesa, el paraíso donde acaban muchos Rolls-Royce

La segunda de las razones para rodar por esas carreteras con su futuro Rolls-Royce Spectre es precisamente porque por ellas van a terminar muchos de estos coupé eléctricos. Y es que solo tiene sentido probar un vehículo de desarrollo en uno de los lugares más lujosos del mundo, si muchos de ellos finalmente acaban por allí.

“Este súper Coupé eléctrico será el primer automóvil de superlujo totalmente eléctrico con un turismo continental central en su propuesta”, escribe Rolls-Royce. “La Riviera francesa y sus carreteras presentan una combinación perfecta de los tipos de condiciones que exigirán los clientes de Spectre, que van desde carreteras costeras técnicas hasta calzadas interiores más rápidas”.

Rolls-Royce ha desarrollado un progama con 2,5 millones de kilómetros de prueba

Rolls-Royce Spectre camuflado. Imagen movimiento frontal.

El programa de desarrollo generado por la compañía británica para su Spectre contempla más de 2,5 millones de kilómetros de pruebas. Y es que Rolls-Royce dice que no solo es su primer eléctrico de la era moderna, sino también el coche más avanzado que han creado en su dilatada carrera. Y para que nada se les escape, en su arquitectura se han instalado 141.200 sensores. Eso son tres veces más de los que se colocan en cualquier otro vehículo de desarrollo de la marca.

Con todo ello se reciben muchos más datos de toda índole, que se trasladarán a las unidades de producción. De esta manera se prometen tiempos de reacción más rápidos en la carretera y una conducción más lujosa. Tanto que ha permitido a Rolls-Royce desarrollar un nuevo sistema de suspensión para su Spectre, que ahora ponen a punto en Riviera francesa.

Esconde las suspensiones más avanzadas creadas por la casa británica

Rolls-Royce Spectre camuflado. Imagen movimiento trasero.

Todos los sensores que esconde el primer eléctrico de la casa británica hace que el sistema Flagbearer lea absolutamente todo. En ese todo se encuentra la superficie de la carretera, las curvas que se avecinan… Con esa información incluso se pueden desconectar las barras estabilizadoras cuando se circula en tramos rectos para filtrar de manera óptima las irregularidades del asfalto. Pero cuando el Spectre se aproxima a una curva, las estabilizadoras se vuelven a acoplar, de la misma forma que los amortiguadores se endurecen y el sistema de dirección en las cuatro ruedas se activa para que el paso por dicha curva sea preciso, suave y sin balanceos.

Sin duda es un buen truco para optimizar el confort del Rolls-Royce Spectre. Pero no será el único, porque los de Goodwood dicen que han concebido la plataforma más rígida jamás creada hasta la fecha. Fabricada en aluminio, esta cuenta con refuerzos de acero para incrementar la rigidez torsional. También su paquete de baterías se integra en la estructura del vehículo, para también aumentar esa rigidez.

Promete un Cx de tan solo 0,25

Rolls-Royce Spectre camuflado. Imagen movimiento lateral.

Otra de las ayudas para conseguir tal fin son las secciones de la carrocería de aluminio. Estas son las más grandes en la historia de Rolls-Royce. El panel lateral va desde el pilar A hasta los pilotos traseros y tiene cuatro metros de largo. Las puertas carecen de marco y miden casi 1,5 metros de largo. También son las más grandes jamás fabricadas por la casa británica en sus 118 años de historia.

Precisamente en las instalaciones de Miramas se ha probado la aerodinámica del primer vehículo eléctrico de Rolls-Royce. Los ingenieros de la compañía británica han esculpido una carrocería de corte coupé para este vehículo que apuntaba a ofrecer un Cx de apenas 0,26. Sin embargo, después de esas pruebas en el túnel del viento de Miramas, descubrieron que su dato definitivo era aún mejor: 0,25.

Por carreteras de Francia los ingenieros de Rolls-Royce van a completar 625.000 kilómetros en su fase de pruebas. Pero aún les quedan por recorrer otro millón de kilómetros por todo el mundo antes de tener listo este majestuoso coupé eléctrico, que esperan poder entregar a sus clientes a finales del año que viene. Y entonces se lo podrán llevar por la Riviera francesa para deleitarse de las excelencias del primer eléctrico de Goodwood.