En EE. UU., el Dodge Charger es el epítome de la velocidad y de la rebeldía. Lanzado al mercado a finales de 1965, este icónico muscle car ha aparecido en cerca de 2.200 producciones cinematográficas, televisivas y vídeos musicales, incluida la exitosa serie The Dukes of Hazzard (emitida en España bajo el título de El sheriff chiflado), sus correspondientes derivadas para la gran pantalla y otras cintas en las que la máquina tenía tanto peso como el de los actores de carne y hueso o incluso más, tales como The Gladiator (Abel Ferrara, 1986), Muerte sobre ruedas (Christopher Cain, 1990) y un numerosas producciones principalmente de serie B… sin olvidar, por supuesto, Fast & Furious: Aún más rápido (Justin Lin, 2009).
Así que tras casi dos décadas sin cambios estructurales, el anuncio de la aparición de un nuevo Dodge Charger es una de las noticias del año para los medios norteamericanos, y si encima viene con versiones 100 % eléctricas, para qué queremos más.
Lo cierto es que es algo que ya se sabía. En la rama chrylseriana de Stellantis llevan caldeando el ambiente desde hace un par de años; una decisión bastante inteligente no ya sólo para lograr un mayor número de impactos mediáticos sino también para ir preparando a los más reaccionarios.
El nuevo Dodge Charger tendrá versión eléctrica y ya no habrá V8
De entrada, la cosa no es tan dramática como parece. Es cierto que el Dodge Charger se reinventa en formato eléctrico, pero las versiones de gasolina seguirán teniendo un gran peso en la gama. Para llevar a cabo la reinterpretación de este muscle car “rápido y furioso”, se ha partido de una nueva plataforma, la tracción total se convierte en estándar para todas las versiones y el vehículo recupera la carrocería coupé de dos puertas, si bien más adelante estará también disponible en formato de cuatro puertas. Esto quiere decir que el nuevo Dodge Charger reemplaza tanto a la generación precedente como al Challenger.
Dicho todo esto, vamos a centrarnos en los fríos datos. El nuevo Charger se construye sobre la nueva plataforma global STLA Large de Stellantis, concebida para montar sistemas motrices eléctricos. Y decimos “sistemas”, en plural, porque la firma norteamericana promete ofrecer toda una gama eléctrica, incluido el Dodge Charger Banshee, un anti-Tesla Model S Plaid, con arquitectura eléctrica de 800 voltios y una transmisión de dos velocidades.
Habrá, en total, seis configuraciones de 400 voltios, todas ellas bimotor, con transmisión de una velocidad y batería de 100 kWh, pero con diferentes niveles de potencia. Por el momento, se lanzan dos de estas configuraciones: el Dodge Charger R/T y el Scat Pack.
Los Dodge Charger R/T y Scat Pack son los primeros muscle car 100 % eléctricos
El R/T ofrece 503 CV y 548 Nm, lo que le permite pasar de cero a 60 mph (96,6 km/h) en 4,7 segundos y hacer el cuarto de milla (402 metros) en 13,1 segundos. Por su parte, el Scat Pack ofrece unas prestaciones muy serias gracias a sus 680 CV y 850 Nm que le permiten invertir 3,3 segundos en las 60 millas por hora desde parado y 11,5 segundos en el cuarto de milla.
Estos tiempos están aún lejos de los logrados por el Tesla Model S Plaid, que registra 9,25 segundos en el cuarto de milla, pero es que, como apuntábamos, Dodge se ha reservado el lanzamiento del Charger más “musculoso” para más adelante.
De hecho, más allá de la potencia máxima, el Dodge Charger Banshee deberá ofrecer una velocidad punta más elevada si quiere ponerle las cosas difíciles al Model S, que supera ampliamente los 300 km/h mientras el Dodge Charger R/T desarrolla únicamente 221 km/h y el Scat Pack se conforma con 216 km/h.
Más allá de las prestaciones puras, El R/T homologa 510 km de autonomía con una carga según ciclo EPA, mientras que el Scat Pack se queda sin pilas tras recorrer sólo 418 km; una cifra pobre para un vehículo con 100 kWh de batería. Ambos, eso sí, prometen recargarse rápidamente: 32 minutos y medio para pasar del 5 al 80 % en un cargador de 350 kW y algo menos de siete horas conectados a la red doméstica.
Seguirá habiendo versiones de gasolina para el Dodge Charger
Dicho todo esto, en 2025 se lanzarán otras versiones eléctricas que completarán la gama tanto por arriba como por abajo. Y también habrá variantes con motores de gasolina, aunque no tendrán motores V8, sino que recurrirán al motor Hurricane de tres litros y seis cilindros en línea sobrealimentado por dos turbocompresores.
El Charger Sixpack SO desarrollará 426 CV en su versión estándar y 558 CV en la más vitaminada. No hay muchos más datos al respecto, y probablemente ninguno de estos dos llegará a nuestro mercado, pero no sería de extrañar que Stellantis se animara a traer a Europa, aunque sea en pequeños cupos, alguno de los Charger eléctricos. Si consiguiera ofrecerlos a precios inferiores a los de sus alternativas alemanas, podría convertirse en un game changer, uno de esos modelos que con su llegada rompen las reglas de un mercado que, como el de los coches eléctricos de gama alta, parece que tenga los precios algo inflados.
Este Dodge Charger eléctrico fabricado sobre la plataforma grande de Stellantis también nos hace pensar en un DS, un Peugeot, un Alfa Romeo, un Maserati o un Lancia eléctricos de 500 o 600 CV. Pero, no adelantemos acontecimientos…
