Dos grandes premios sin poder llevar uno de sus monoplazas a la salida, varios abandonos, solo una vez fuera del Q1, el MP4-30 doblado en todas las carreras hasta el momento…El balance de McLaren y Honda en su nueva asociación en la Fórmula 1 no puede resultar más descorazonador al cierre del primer ciclo del presente campeonato. La foto global pone en evidencia tanto el formidable retraso del proyecto para lo esperado en dos entidades de tal calibre, como la enorme complejidad de la tecnología híbrida.
Al menos, la progresión ha sido constante carrera a carrera desde el Gran Premio de Australia. Y Fernando Alonso terminó a cuatro segundos de los puntos en Sakhir, aunque con el enorme contraste de un monoplaza, el de Jenson Button, sin rodar en todo el fin de semana. Luces y sombras de una evolución que debería dar un gran salto de competitividad, se espera, en el próximo Gran Premio de España. Porque McLaren necesita sacudirse cuanto antes la imagen de estas primeras carreras.
Optimismo contenido
«Hay muchas cosas que hacer y tenemos tres semanas importantes para mejorar el rendimiento y la fiabilidad», reconocía Alonso ante la próxima cita, «así que soy optimista para el futuro porque los pasos que estamos dando van en la buena dirección, pero hay mucho que hacer», en alusión a las muchas áreas -y no solo de motor- en las que debe mejorar el MP4-30. Al menos, en Bahrein Alonso se sintió «más competitivo, terminamos por delante de Sauber y luchamos con Toro Rosso y Red Bull».
McLaren ha de ofrecer otra imagen y posición en el Gran Premio de España. Nada sería tan duro para Fernando Alonso que volver a verse doblado, esta vez ante su público. Tras cuatro meses extremadamente duros, con la experiencia recogida desde febrero y los progresos logrados hasta el momento, todo indica que no será así. De lo contrario, habría que empezar a preocuparse seriamente.