A solo unos días, de partir hacia Arabia Saudí, donde se celebra una nueva edición del Dakar, Cristina Gutiérrez, la piloto oficial de Dacia Sandriders, ha participado en un encuentro con la prensa y los miembros del equipo de Dacia España. «Tortu», como se la conoce cariñosamente compartió sus reflexiones sobre una temporada que marca un punto de inflexión en su carrera deportiva.
Tras diez participaciones consecutivas en el Dakar desde 2017, la burgalesa afronta su segundo año como piloto oficial de los Sandriders Dacia con la mirada puesta en conseguir los máximos objetivos; sin descartar el Top 5 de la clasificación. Estos son algunos de los comentarios de la piloto de Dacia durante el encuentro.
El orgullo de vestir los colores oficiales
«Tener vuestro apoyo es super importante», comenzó Gutiérrez agradeciendo efusivamente a los asistentes y a Dacia España. «Aunque el apoyo no garantice llegar más rápido, sí ayuda a llegar más lejos, que es uno de mis pilares básicos».
La burgalesa recordó el momento en que recibió la noticia de su fichaje y la firma del contrato permanecen grabados en su memoria como recuerdos increíbles. «Llegar a ser piloto oficial de una marca es un hito para recordar toda la vida, especialmente viniendo de empezar mi carrera con mis propios patrocinadores y desde la base», explica la piloto. «Me siento muy agradecida con la oportunidad. El paddock cuenta cada vez con más pilotos rápidos, y el hecho de que hayan pensado en mí es motivo de orgullo y gratitud».
Un máster sobre ruedas
Su primera temporada con Dacia incluyó competiciones en el Dakar, Portugal y Marruecos, pero para Cristina lo más valioso ha sido el aprendizaje fuera del coche. «El proyecto Dacia es muy potente, involucra a más de cien personas. Esta experiencia está siendo un verdadero máster», reconoce. «Aprovecho para consultar constantemente a ingenieros y mecánicos sobre cómo mejorar o diagnosticar problemas, lo que me permite aprender sobre el coche de competición y el trabajo en un equipo oficial».
Respecto a su conocido apodo «Tortu», que algunos sugieren cambiar debido a su velocidad, ella lo defiende con convicción: «Me gusta ese sobrenombre porque nos asegura llegar a la meta».
Un coche hecho a medida
El vehículo de competición de Dacia, un prototipo de 300 caballos y 2.000 kilos de peso, conquistó a Gutiérrez desde el primer momento. «Me sentí cómoda desde que me subí, especialmente viniendo de la categoría side by side», explica. «Es muy versátil y dócil, capaz de moverse bien en todo tipo de terrenos, ya sean dunas, barro o piedras».
Esta versatilidad responde a una filosofía clara del equipo: en el Dakar, donde la variedad de terrenos es enorme, necesitas un vehículo que mantenga un ritmo alto en cualquier circunstancia. «No se trata de ser el mejor en una cosa específica, sino de estar entre los mejores en todo», aclara la piloto.
Una de las mayores diferencias de estar en un equipo oficial es la personalización extrema del vehículo. «Anteriormente, en mis inicios, era el piloto quien tenía que adaptarse al coche; ahora, el vehículo está hecho a medida para mí», destaca Cristina. «Incluso me permiten mover el pedal un centímetro. Cualquier componente del coche puede ser modificado y adaptado».
Pablo Moreno Huete: mucho más que un copiloto
La figura del copiloto resulta esencial en el Dakar, y Cristina define a Pablo Moreno Huete como una «auténtica navaja suiza multiusos». La historia de esta pareja es particular: Pablo comenzó como su jefe mecánico en sus primeros Dakares y se convirtió en su copiloto por necesidad cuando su navegante se lesionó.
«Razoné que era más fácil enseñarle navegación a un mecánico experto que enseñarle la mecánica a un navegante», explica Gutiérrez. Tras correr dos años juntos, separarse y reunirse de nuevo para este proyecto oficial, la piloto enfatiza que tienen muy buen feeling y comunicación. «El equipo valora mucho su capacidad para solucionar problemas en carrera».
En cuanto a sus propias habilidades técnicas, Cristina admite que alcanzar el nivel de inventiva de Pablo para solucionar problemas en el momento es difícil, pero ha desarrollado una gran sensibilidad para diagnosticar fallos «con sonido». «Soy muy sensible a los ruidos del coche, lo que me permite a menudo prevenir fallos que luego se confirman».
Aprendiendo de los mejores
Compartir equipo con Sebastian Loeb y Nasser Al-Attiyah es para Cristina una oportunidad única. «Tengo una buena relación con ambos», asegura. Describe a Loeb, a quien ya conocía de la Extreme E, como alguien «supergracioso que se ríe constantemente una vez que se supera la barrera inicial que mantiene con la prensa».
A nivel profesional, la admiración es pura, aunque a veces el piloto francés haga parecer fácil lo extremadamente difícil. También valora el talento y velocidad de Al-Attiyah. La conclusión es que está aprendiendo muchísimo de ambos y que forman un grupo unido.
Además, de cara a este año el equipo Dacia se ampliará de tres a cuatro coches con la incorporación de Lucas Moraes para 2026. «Es un excelente piloto, muy rápido y joven», valora Cristina. «Contar con un cuarto coche ayuda a igualar fuerzas frente a rivales con estructuras más grandes como Ford o Toyota, aumentando las posibilidades de lograr el objetivo».
Diez años de Dakar: de la resistencia a la victoria
Con diez participaciones consecutivas en el Dakar desde 2017, Gutiérrez se declara «muy afortunada» por la progresión de su carrera. A diferencia de otros pilotos que llegaron directamente a equipos junior, ella valora haber empezado desde la base, compitiendo en Dakares de resistencia donde el único objetivo era terminar y donde el sueño era conseguir «semillitas» para regresar cada año. «Este inicio me ha permitido valorar competir al nivel actual», reflexiona.
Objetivo 2026: ir a por todas
De cara al Dakar 2026, las palabras de Cristina Gutiérrez son claras y contundentes: «Ganar es el objetivo del equipo, por supuesto». La piloto considera que, al ser el segundo año de competición del equipo, tienen todos los «ingredientes perfectos»: pilotos, copilotos, coche, mecánicos e ingenieros. «Respeto la complejidad de la carrera y la fuerza de competidores como Ford y Toyota, pero iremos a por todas a ganar», asegura con determinación.
Y en cuanto a sus aspiraciones personales, Cristina se basa en hechos y ritmos de carrera. Tras analizar sus tiempos en Marruecos y Portugal, y confiando en tener una carrera limpia y constante, expresa que le gustaría aspirar a un Top 5 si todo va bien. «Reconozco que es complicado, hay cerca de veinte pilotos con potencial para ganar, pero creo que mi ritmo actual me permite considerar ese objetivo como realista».
Imágenes Dacia Talks con Cristina Gutiérrez
Fotos: Dacia
