Lo reconocemos: tenemos predilección por los Bugatti clásicos. A lo largo de sus 115 años de historia, la firma francesa ha fabricado algunos de los automóviles más deseados de todos los tiempos, algunos de los más exitosos en competición, algunos de los más lujosos y algunos de los que cuentan con mayores prestaciones.
Reconocidos por su innovadora ingeniería, sus llamativas formas y su exclusividad, los Bugatti clásicos generan siempre una gran expectación cuando alguno de estos modelos sale a subasta, y si en vez de ser uno son varios, miel sobre hojuelas.
Eso es lo que ha ocurrido recientemente en el antiguo Museo del Automóvil Mullin, ubicado en Oxnard, California (EE. UU.), icónico escenario en el que ha salido a subasta la Colección Mullin de la mano de Gooding & Company, en la que todos y cada uno de los modelos Bugatti subastados ha superado su precio de venta estimado.
Los Bugatti de Mullin emprenden una nueva vida
El Museo del Automóvil Mullin “era” reconocido como la mayor colección de automóviles franceses clásicos y Art Déco del mundo, pero el fallecimiento de Peter Mullin, su fundador, supuso el cierre definitivo del museo en septiembre de 2023.
Entre sus paredes se podía disfrutar de más de 75 muebles de Carlo Bugatti, numerosas esculturas de Rembrandt y la colección privada de automóviles de Ettore y Jean Bugatti más grande del mundo, con el Type 57SC Atlantic de 1936, diseñado por Jean Bugatti, como joya destacada de la colección.
Gooding & Company ofreció una selección de estos extraordinarios vehículos en una reciente subasta, con el Type 57C Aravis Special Cabriolet de 1938 como pieza más destacada, con un precio estimado de 2.500.000 dólares (2.321.125 euros), estimación que se quedó bastante corta, ya que el Type 57C Aravis Special Cabriolet se vendió finalmente por 6.605.000 dólares (6.132.412 euros), convirtiéndose en el ejemplar más caro hasta la fecha de cuantos se tiene registro de este modelo y en el décimo Bugatti más caro jamás vendido en subasta.
Este Type 57C sobrealimentado –de ahí la ‘C’ en el nombre– es uno de los tres únicos ejemplos del Aravis carrozado por Gangloff que ha sobrevivido hasta hoy, encargado nuevo por el agente de Aviñón, Granat & Fils, para el famoso piloto de carreras del equipo Bugatti, Maurice Trintignant. Con carrocería color marfil con guardabarros y molduras de color azul oscuro, el chasis 57768 fue pilotado con éxito por Trintignant en el Gran Premio de Comminges en 1939. Se sometió a una restauración de tuercas y tornillos en 2005 por parte de Sargent Metal Works y fue parte de la colección del Museo del Automóvil Mullin desde 2002.
Precios de récord para los demás Bugatti del museo
Un Type 46 Semi-Profilée Coupe también supuso un nuevo récord para un Type 46, vendiéndose por 1.105.000 dólares (1.025.810 euros), superando de largo la estimación máxima de 650.000 dólares (603.418 euros). A pesar de que la carrocería de esta unidad es en realidad una réplica, este raro Type 46 se convirtió en uno de los más de 100 ejemplares de Bugatti que han superado, en subasta, el millón de euros.
Fue encargado nuevo por Vladimir Gut, el agente de Bugatti en Praga (República Checa), donde pasó una parte de sus primeros años en distintas colecciones de Chequia antes de ser restaurado al principio de siglo XXI y recibir la réplica de la carrocería original a cargo del especialista Harry Kouwen.
Además de los modelos impecablemente restaurados, también los Bugatti “necesitados de cariño” superaron las estimaciones, incluido un Type 40 Break de Chasse de 1927, vendido por 445.000 dólares (413.109 euros), cuando estaba previsto que no alcanzara los 100.000 dólares (92.850 euros). Finalmente, un par de unidades de Bugatti Type 57 Ventoux, ambos con motores y carrocería originales, lograron duplicar sus estimaciones, y también alcanzaron valores elevados los Type 40 Faux Cabriolet de 1927 y Type 40A Roadster de 1931.
