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martes, 30 septiembre 2025

Salud mental y enfoque multidisciplinar, ejes del Congreso de Medicina Integrativa de SESMI

En un contexto en el que la salud mental ha cobrado una relevancia sin precedentes, la medicina integrativa se posiciona como un enfoque necesario para afrontar los retos sanitarios del siglo XXI. Este modelo, que combina la medicina convencional con terapias complementarias basadas en evidencia científica, responde a una demanda creciente por parte de la población y del propio sector sanitario: ofrecer soluciones más humanas, personalizadas y eficaces ante patologías complejas y crónicas.

La Sociedad Española de Salud y Medicina Integrativa (SESMI), referente nacional en esta disciplina, celebra en Bilbao su VII Congreso Nacional de Medicina Integrativa los días 29 y 30 de noviembre en Euskalduna Bilbao. La edición de este año pondrá el foco en el impacto de las emociones, la neurociencia y la salud mental desde una visión interdisciplinar.

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Para conocer en profundidad los valores de esta medicina y los ejes temáticos del congreso, esta entrevista cuenta con la participación de la doctora Isabel Giralt, presidenta de SESMI, licenciada en Medicina por la Universidad de Barcelona, experta en acupuntura y fertilidad, y con una sólida trayectoria clínica y docente en el ámbito de la medicina integrativa.

Doctora Giralt, cada vez más profesionales sanitarios hablan de un modelo de salud que contemple no solo lo físico, sino también lo emocional, social y ambiental. ¿Cómo responde la medicina integrativa a esta necesidad de comprensión global de la salud?

La medicina tiende cada vez más a una visión global, menos centrada en un individuo aislado. Si queremos hablar de salud real y mejorarla, hemos de considerar todos los factores que influyen en ella: la genética, el entorno, los aspectos psicosociales, la nutrición, la vivienda e incluso la situación geopolítica. Una medicina que solo contemple al individuo, sin tener en cuenta estas interacciones, no puede ser verdaderamente efectiva.

Isabel, en los últimos años, se ha observado un crecimiento sostenido del interés por enfoques que combinan rigor clínico con prácticas complementarias. ¿En qué medida se está consolidando la medicina integrativa como una opción respaldada por la evidencia y las instituciones?

La medicina integrativa ha dejado de ser considerada “no convencional” en muchos países; está avanzando con paso firme. Conceptos que desde la medicina integrativa hemos trabajado desde hace años, como la importancia de la microbiota, ya forman parte del discurso habitual en la medicina convencional. Creo que este es un camino sin retorno: si queremos progresar científicamente y comprender mejor al ser humano, todos los profesionales debemos volvernos más “integrativos”, hasta el punto de que ese adjetivo deje de ser necesario.

SESMI reúne perfiles sanitarios muy diversos, desde medicina interna hasta enfermería, psicología o nutrición. ¿Qué valor añadido ofrece esta diversidad profesional a la hora de abordar casos clínicos complejos o enfermedades crónicas?

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En medicina integrativa es fundamental que los diferentes profesionales trabajen de manera coordinada, con el paciente en el centro, informado y con capacidad de decisión. Este modelo empieza a implantarse también en centros de salud convencionales. La idea de que el médico siempre tiene la última palabra está quedando atrás: cada profesional aporta competencias valiosas en su área, y el mejor resultado se logra trabajando en equipo con un paciente que participa activamente en su proceso de salud, teniendo en cuenta además sus circunstancias personales.

Isabel, el Congreso de Medicina Integrativa de SESMI en Bilbao se presenta como un espacio para el diálogo entre ciencia, salud mental y nuevas formas de atención sanitaria. ¿Qué posicionamiento busca reflejar esta edición dentro del contexto actual de la salud pública?

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Uno de los pilares de la medicina integrativa es la prevención, entendida no solo a nivel individual, sino también social: proteger, promover y mantener la salud de toda la comunidad. En este congreso queremos destacar esta visión amplia, con un foco especial en la salud mental. Abordaremos temas como las emociones y la ciencia, la prevención del deterioro cognitivo, la psicoterapia y la neurociencia más allá del cerebro. También daremos espacio a técnicas complementarias de prevención y tratamiento como la reflexoterapia, la acupuntura, la homeopatía, la medicina ayurvédica, las flores de Bach y la suplementación, entre otras.

El evento coincide con el nuevo Plan de Acción de Salud Mental 2025–2027, impulsado por el Ministerio de Sanidad. ¿Qué aportaciones concretas puede ofrecer la medicina integrativa en el desarrollo de un modelo más humano y personalizado en este ámbito?

En España, en 2022, un 9,7% la población entre 15 y 64 años declaró haber consumido ansiolíticos en los últimos 30 días, y la cifra ascendía al 15% en mujeres. Se trata de un problema de enorme magnitud, no solo por la prevalencia, sino también por los efectos secundarios de un consumo probablemente excesivo de medicación.

Es urgente que desde la administración se aborde esta situación con valentía. Nuestro congreso busca abrir esta conversación y mostrar cómo la medicina integrativa puede aportar enfoques útiles, complementarios y preventivos para mejorar la salud mental. Esperamos que las instituciones públicas y privadas reconozcan cada vez más el valor de la medicina integrativa en este ámbito y en la salud global de las personas.

Isabel, el programa de este año aborda el deterioro cognitivo, la microbiota, la neurociencia y las emociones desde una perspectiva integradora. ¿Qué criterio ha guiado la selección de estos ejes temáticos y qué tipo de sinergias se espera generar entre ellos?

El comité científico de este séptimo congreso ha seleccionado ponentes con amplia experiencia en medicina integrativa y, en especial, en salud mental. Queremos abordar esta dimensión desde diferentes perspectivas: la prevención, la psicoterapia, las medicinas tradicionales, la microbiota, la aromaterapia, la reflexoterapia, las emociones y la respiración, entre otras. No podemos estudiar la salud mental de las personas de forma aislada; necesitamos entenderla como parte de un todo en constante interacción con su fisiología, sus interacciones sociales y con el entorno.

A lo largo de su carrera, ha impulsado proyectos centrados en el bienestar integral de la mujer, en oncología integrativa y en la práctica clínica con acupuntura. ¿Qué aprendizajes clave extrae de su experiencia en estos campos?

El mayor aprendizaje que me ha dado mi práctica clínica ha sido el de escuchar a los pacientes, conocerlos y acompañar su deseo de mejorar. Esto me ha permitido comprender mejor la belleza y complejidad del ser humano, sus emociones y su capacidad de superación. La medicina integrativa, y en particular la acupuntura, me han ofrecido una posición privilegiada para disfrutar de mi trabajo y de la relación con los pacientes, al mismo tiempo que me han ayudado a entender más profundamente la sociedad en la que vivimos.

Isabel, en su trayectoria también ha combinado la práctica clínica con la docencia y la gestión institucional. ¿Qué desafíos implica liderar una sociedad científica como SESMI en un contexto sanitario tan cambiante y exigente?

La Sociedad Española de Salud y Medicina Integrativa se fundó en 2014 y hoy reúne a unos 250 profesionales de distintos ámbitos, consolidándose como la referencia nacional en este campo. Para mí ha sido un privilegio formar parte de su junta, primero como vocal, luego como vicepresidenta y ahora como presidenta.

El trabajo realizado, junto con compañeros, compañeras y comités, ha sido intenso y gratificante. Las personas que se dedican a este ámbito son personas abiertas, valientes y con espíritu innovador. Hemos organizado seis congresos nacionales y dos europeos, hemos editado libros sobre oncología y enfermería integrativa, y crecido en formación e impacto internacional. Ha sido un desafío estimulante, con resultados muy positivos, y estoy convencida de que este crecimiento continuará imparable.

Para quienes asistan por primera vez a este Congreso, ¿qué aspectos considera esenciales para comprender el alcance y el potencial transformador de la medicina integrativa?

La medicina ha avanzado enormemente en las últimas décadas, pero tiene áreas en las que puede seguir haciéndolo: la prevención, el exceso de intervención farmacológica, la comprensión de las emociones y sobre todo la visión global del ser humano, en salud y en enfermedad, en interacción con su entorno. La medicina integrativa contribuye a estas mejoras con técnicas que combinan la tradición y la innovación, siempre orientadas a la prevención y al bienestar, tanto en la salud como en la enfermedad.

Nuestro objetivo es acercar esta visión al mayor número de personas posible, especialmente a los profesionales del ámbito convencional, para que descubran en la medicina integrativa una puerta hacia una nueva manera de entender la práctica sanitaria.

Para concluir, ¿qué mensaje le gustaría que se llevase el público asistente tras participar en el Congreso de Medicina Integrativa de SESMI en Bilbao?

Un mensaje claro: abordar la salud y la enfermedad —y en particular la salud y la enfermedad mental— desde una perspectiva global, humana y preventiva, con el paciente en el centro y con capacidad de decisión, es imprescindible. 

Solo así podremos construir un sistema más amable, colaborativo y sostenible, en el que el individuo se entienda en relación con la sociedad y el entorno que lo rodea, y viva con autonomía y bienestar los distintos procesos vitales.

La medicina integrativa representa un cambio de paradigma en el abordaje de la salud, situando a la persona en el centro y apostando por una atención multidimensional, basada en la evidencia y la prevención. El Congreso de Medicina Integrativa de SESMI en Bilbao no solo consolida a esta sociedad científica como líder nacional, sino que abre un espacio de reflexión profunda sobre cómo construir un sistema sanitario más humano, colaborativo y adaptado a los desafíos contemporáneos. La ciencia, la emoción y la experiencia clínica se reúnen en un encuentro que, lejos de dividir disciplinas, propone sumarlas.

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