Si conduces habitualmente, seguramente sepas que hacerlo con el sol de frente es una de las situaciones más incómodas —y peligrosas— en carretera. De momento, no es obligatorio llevar gafas de sol al volante, pero la Dirección General de Tráfico (DGT) insiste cada vez más en lo recomendable que resulta hacerlo. El principal motivo es que evita los deslumbramientos que a su vez pueden acabar en accidentes por una pérdida de visibilidad.
De ahí que podamos hablar de que hay fechas clave en el calendario en las que usar gafas de sol debería ser casi obligatorio. Si quieres saber cuál es ese día que debes marcar en rojo y por qué, sigue leyendo.
1El sol es un enemigo en la carretera

Los deslumbramientos provocados por el sol causan cada año más accidentes de los que a priori podemos pensar. Según datos de la DGT, la luz solar directa puede reducir hasta un 70% la visibilidad del conductor, aumentando así el riesgo de colisión, sobre todo durante las primeras y últimas horas del día.
Las situaciones más peligrosas se dan al amanecer y al atardecer, cuando el sol se encuentra bajo en el horizonte y los rayos inciden directamente en los ojos del conductor. Esto es especialmente frecuente en autovías orientadas de este a oeste, donde la incidencia solar frontal o trasera afecta de lleno a la visibilidad.
Además, el sol provoca otros efectos, además del deslumbramiento. También genera reflejos en el salpicadero, el retrovisor o la propia carretera, que pueden resultar igual de molestos y peligrosos. Y por si fuera poco, al entrecerrar los ojos para ver mejor, los conductores adoptan posturas tensas que afectan a su capacidad de reacción. De ahí que sea casi imprescindible llevar gafas de sol, aunque no sea obligatorio ni nos obliguen a ello.
Y tampoco hace falta que el día esté completamente despejado: incluso con nubes, los reflejos pueden colarse entre claros y afectar al campo visual. De ahí que usar gafas de sol adecuadas sea una medida eficaz y sencilla para mejorar la seguridad.