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Este Rolls-Royce Cullinan Black Badge Series II es una obra de arte sobre ruedas

Se llama Rolls-Royce Cullinan Daisy, y es un encargo exclusivo de un cliente que ha querido rendir homenaje a su ruta de senderismo favorita en cada rincón del vehículo. Esta creación del departamento Bespoke de la firma británica es una auténtica oda a la naturaleza y el aire libre, a pesar de que el gigantesco SUV  homologa unas emisiones de 363 a 380 gramos de CO2 por kilómetro. Pero, vayamos al grano.

Sobre la base del Rolls-Royce Cullinan Series II, los artesanos de la marca británica se han inspirado en un campo de margaritas para reflejar el paisaje del Alto Tatra, la cadena montañosa que separa Eslovaquia de Polonia. Más allá del paisaje, el Rolls-Royce Cullinan Daisy pretende representar resiliencia y perseverancia, del mismo modo que las margaritas se adaptan a las variadas condiciones climáticas en las que crecen.

Las margaritas florecen en el interior de este Rolls-Royce Cullinan

Así que la margarita es el tema principal del vehículo, y ya en el exterior consigue colarse en la coachline, la línea de cintura dibujada a mano con pincel sobre los paneles de una carrocería acabada en color azul claro; un color que contrasta con la parrilla Black Badge Pantheon, la mascota del Spirit of Ecstasy y los diversos detalles exteriores acabados en negro brillante.

En el interior, el motivo de la margarita adorna el revestimiento frontal de madera del salpicadero, frente al pasajero, y consigue colarse también entre los dos butacones que conforman las plazas traseras. En ambos casos, el diseño se aplica meticulosamente a la superficie de madera Blackwood mediante una técnica de chorreado con arena.

Rolls-Royce Cullinan Series II Black Badge Bespoke Daisy 2025

Para crear este efecto, la madera se somete a un proceso de granallado de precisión en el que se dirige una corriente de finas partículas de arena a la chapa de madera, de cuya superficie se van desprendiendo capas, conformando el dibujo deseado. La interacción de la luz crea sombras que aportan un efecto tridimensional.

Las chapas de madera Blackwood se complementan con una sutil paleta interior de tres colores. El tono principal del cuero es Fleet Blue, que se extiende a los controles giratorios y a los revestimientos de los pilares B y C. Esta tonalidad se complementa con inserciones de cuero en colores Selby Grey y Black, con ribetes en los asientos Fleet Blue, pespuntes en contraste y monogramas en los reposacabezas Selby Grey. La personalización del interior incluye también estribos iluminados con un diseño de margaritas.

No falta de nada en este Rolls-Royce Cullinan

El motivo de la margarita se extiende a los paraguas Bespoke ocultos en las puertas traseras del Cullinan. El desenfadado patrón sólo se puede ver en el interior de la tela, evocando el ambiente de un campo de margaritas en plena floración en un día lluvioso.

Además, este Rolls-Royce Cullinan Black Badge está equipado con un techo interior Starlight hecho a medida, que captura cuatro de las grandes constelaciones que dominan el cielo nocturno en las latitudes septentrionales: la Osa Mayor, la Osa Menor (incluida la Estrella Polar ), Géminis (claramente distinguible por las brillantes estrellas Cástor y Pólux) y Tauro, identificado por la gigante roja Aldebarán y el cúmulo estelar de las Pléyades.

Rolls-Royce Cullinan Series II Black Badge Bespoke Daisy 2025

Pero lo más interesante de este personalizado Rolls-Royce Cullinan Black Badge Daisy es en realidad un módulo de almacenamiento instalado en el maletero. Se trata de un compartimento desplegable automáticamente montado sobre el piso del maletero, diseñado para albergar el equipo de senderismo favorito del cliente.

“Mi amor por el aire libre ha sido una fuerza impulsora detrás de mis pasiones personales y mi éxito profesional. La inspiración para este encargo provino de un campo de margaritas en mi sendero favorito en las montañas del Altos Tatra, un lugar al que vuelvo cuando necesito aclarar mis pensamientos. Estoy continuamente asombrado no sólo por la belleza, sino también por la resistencia de esta flor que parece prosperar frente a los desafíos de la naturaleza. Imaginé este Rolls-Royce Cullinan como un símbolo de perseverancia, equilibrando la fuerza con serenidad”, manifestó el cliente.

Por su parte, Martina Starke, directora general de diseño a medida de Rolls-Royce Motor Cars, comenta que “este encargo nos desafió a explorar cómo los motivos naturales se pueden traducir a través de la artesanía y los materiales. Desde el delicado grabado Blackwood hasta el detalle de la margarita escondido dentro de los paraguas, contamos la notable historia del cliente a través de texturas inesperadas y una paleta completamente nueva. Este Rolls-Royce Cullinan es silenciosamente seguro”.