Corría el año 2005 cuando Mercedes-Benz adquirió por completo AMG. Eso fue seis años después de que la firma de la estrella ya tuviera la mayor parte de las acciones de aquel preparador alemán y mucho después del nacimiento de este inmaculado Mercedes-Benz 500SEC AMG, una criatura que fue debidamente modificada por aquel entonces, preparador independiente, quien sabía como exprimir al máximo las máquinas que los de Stuttgart no buscaban mejorar.
La vida de este sensacional Mercedes-Benz 500SEC AMG comenzó como la de cualquier otro C126, que era precisamente el código que la firma de la estrella dio a los coupé que derivaban de los Clase S de la época, los W126. Pero aquella maravilla ensamblada en la planta de Stuttgart en el año 1985 tenía una prometedora carrera por delante. Porque su primer dueño quería que fuera mucho más rápido que el resto de sus hermanos.
El 500SEC salía de fábrica con un 5.0 V8 de 231 CV
Y para ello recurrió a los servicios del preparador de Affalterbach, quien le tenía cogido el punto a los propulsores V8 fabricados por Mercedes-Benz. Y concretamente este 500SEC escondía el legendario M117, que no era otro que un extraordinario 5.0 V8 atmosférico capaz de rendir 231 CV de potencia y 405 Nm de par motor. Cifras que rápidamente subieron de nivel gracias a las mejoras introducidas por AMG.
La primera de ellas consistía en incrementar la cilindrada de aquel 5.0 V8 hasta el punto de llevarlo hasta los seis litros. A continuación instaló un completo sistema de escape que fabricaba Sebring para AMG entre otros pequeños detalles. El resultado fue el nacimiento de este Mercedes-Benz 500SEC AMG, una criatura que ahora entregaba 331 CV de potencia y 525 Nm de par motor. Y estas cifras las plasmaba AMG en una ficha técnica que entregaba con el vehículo.
AMG llevaba este motor V8 hasta los 385 CV
No contento con el resultado del trabajo de AMG, su propietario volvió un año más tarde a la sede de Affalterbach con su Mercedes-Benz 500SEC AMG. Quería más ‘chicha’ bajo el pedal derecho de su deportivo y los chicos de AMG se volvieron a superar. Desmontaron por completo ese M117 y le instalaron unas nuevas culatas con cuatro válvulas por cilindro (originalmente tenía dos por cilindro) que habían desarrollado internamente. Con ello este V8 pasaba de tener 16 a 32 válvulas, pero lo más interesante es que la cifra de potencia se llevó hasta los 385 CV.
Más allá de las mejoras introducidas en el motor original de este Mercedes-Benz 500SEC, los especialistas de Affalterbach también trabajaron a fondo en su chasis para intentar digerir esa importante inyección de energía. De ahí que potenciaron su equipo de frenos original con la llegada de discos delanteros más grandes y pinzas de cuatro pistones. De la misma manera se instalaron unos muelles específicos que acercaban su carrocería al asfalto y lo remataron con unas sensacionales llantas OZ Racing de tres piezas y de 17 pulgadas. Una ‘locura’ para el año 1985.
Este Mercedes-Benz 500SEC AMG tiene 82.000 kilómetros
Y como no podía ser de otra forma, también añadieron algunos retoques estéticos en su exterior y eliminaron todo detalle cromado con el que el Mercedes-Benz 500SEC salía de fábrica. Si bien los chicos de Affalterbach no dotaron a esta unidad de su llamativo kit aerodinámico, que ensanchaba de forma poderosa la carrocería de este legendario coupé.
Desde que saliera de fábrica allá por el año 1985, este Mercedes-Benz 500SEC AMG tan solo ha cubierto un total de 82.171 kilómetros. Gracias a ello conserva prácticamente como el primer día su interior tapizado en cuero de color negro o sus molduras en madera natural. Pero también su legendaria mecánica, concebida mucho antes de que el preparador de Affalterbach cayera bajo el control de la firma de la estrella.
Se encuentra a la venta en Cars & Bids
Ahora esta maravilla que escribió parte de la historia de AMG se ha puesto a la venta por medio de la página de subastas Cars & Bids, donde seguro que va a encontrar un hogar fantástico donde será bien disfrutado por sus nuevos propietarios. Que eso si, seguro que pagarán una auténtica fortuna por él.
