La compra de un vehículo eléctrico representa una inversión importante, y la autonomía es uno de los factores clave que consideran los compradores. Sin embargo, un nuevo estudio ha puesto en evidencia una realidad preocupante: la autonomía de los Tesla Model 3 y Model Y puede disminuir significativamente en un período relativamente corto de tiempo.
El estudio, realizado por Recurrent y basado en 1,6 millones de observaciones de 14.000 vehículos de la compañía de Elon Musk, indica que la autonomía de estos modelos puede llegar a ser solo del 64% de la original tras solo tres años. Esto se debe a la degradación natural de las baterías, un fenómeno que afecta a todos los vehículos eléctricos.
¿Cómo pierden autonomía la batería de los modelos de Tesla?
La degradación de las baterías sigue una curva en forma de S. Al principio, la pérdida de autonomía es lenta, pero luego se acelera durante los siguientes dos o tres años. Posteriormente, la degradación se estabiliza a un nivel inferior al original, que se mantiene durante varios años antes de que la batería falle por completo. Esto podría provocar un poco de miedo en los interesados en adquirir estos modelos.
Es importante tener en cuenta que, incluso cuando son nuevos, los Tesla Model 3 y Model Y no alcanzan el 100% de la autonomía estimada por la EPA. El Model Y, por ejemplo, solo llega al 72% de su rango oficial, mientras que el Model 3 se queda en el 70%. Esto significa que la degradación observada en el estudio no es tan dramática como podría parecer a primera vista.
¿Cuándo se acaba la garantía por parte de Tesla?
Afortunadamente, tanto el Model 3 como el Model Y cuentan con garantías prolongadas que cubren la batería durante ocho años o 100.000 millas (161.000 km), asegurando que esta mantenga al menos el 70% de su capacidad original durante ese período. Algunos competidores incluso ofrecen garantías más extensas, de hasta 10 años y el mismo kilometraje.
A pesar de la degradación de las baterías, los datos de Recurrent indican que, fuera de los grandes retiros del mercado, solo el 2,5% de las baterías de vehículos eléctricos han necesitado ser reemplazadas. Este porcentaje se reduce a menos del 1% para los vehículos fabricados desde 2016. Sin embargo, cabe destacar que el costo de reemplazar una batería de un vehículo eléctrico puede superar el valor residual del mismo. Esto significa que, en algunos casos, los conductores podrían verse obligados a tolerar una autonomía reducida en lugar de afrontar un gasto tan elevado.