Los coches procedentes de China tardaron en llegar a Europa más de lo que se preveía, pero su desembarco en el Viejo Continente ha acabado influyendo decisivamente en un mercado fuertemente condicionado por las restrictivas normativas de emisiones y por la obligatoriedad de equipar numerosos dispositivos de seguridad que han encarecido drásticamente los automóviles a lo largo de los últimos años.
Si bien es cierto que algunos fabricantes europeos ya han expresado su preocupación por el hecho de que los fabricantes chinos estén inundando los mercados internacionales con automóviles eléctricos que se ofrecen a un precio inferior al de los modelos occidentales, lo cierto es que un nuevo informe indica justo lo contrario: los fabricantes de automóviles chinos están incrementando significativamente el precio de sus vehículos exportados para maximizar sus ganancias en el extranjero.
Los BYD Dolphin y Atto 3 cuestan más del doble en Europa que en China
Según un informe publicado por Reuters, el BYD Atto 3 se vende en Alemania por 40.649 dólares (unos 37.900 euros), mientras que en China se puede adquirir por 19.282 dólares (menos de 18.000 euros), lo que supone que en Europa el precio de este SUV eléctrico se multiplica 2,1 veces con respecto al precio en su país de origen.
Por su parte, el BYD Dolphin se vende en Alemania por 37.439 dólares (algo menos de 35.000 euros), mientras que en China su precio se sitúa en 16.524 dólares (15.418 euros). Esto supone que el precio para Europa del compacto SUV fabricado en China se multiplica por 2,27 con respecto al precio al que se comercializa en China.
El informe toma como referencia el Tesla Model 3 de tracción trasera, que en China se vende por 31.986 dólares (cerca de 30.000 euros), mientras que en Alemania se ofrece desde 43.859 dólares (algo menos de 41.000 euros), por lo que la berlina norteamerican es también más barata en China, pero en menor medida, ya que su precio en este caso se multiplica únicamente por 1,37. Así, mientras un Tesla Model 3 es una tercera parte más caro en China que en Europa, algunos modelos de BYD cuestan más del doble en Europa con respecto al mercado asiático.
¿Por qué los coches son más baratos en China que en Europa?
Según apunta la web Carscoops, los fabricantes chinos como BYD se enfrentan a una competencia cada vez mayor en su mercado local, y afirma que varios fabricantes de automóviles chinos están actualmente inmersos en una guerra de precios de vehículos eléctricos en su país, auspiciada por la fiscalidad ventajosa con la que el gobierno chino está fomentando la adquisición de vehículos eléctricos, al igual que sucede en Europa.
Esta política de precios tan agresiva en su mercado local obliga a los fabricantes chinos a encontrar la rentabilidad perdida con las operaciones llevadas a cabo en Europa, lo que no impide a empresas como BYD seguir siendo competitivas en Europa con estos precios y “socavar” la competencia de Occidente, siempre según la tesis de Carscoops.
Así, el informe de Reuters corrobora que los fabricantes de automóviles chinos suelen poner precios a los vehículos justo por debajo de los de las marcas europeas, ofreciendo además un equipamiento tecnológico y de confort muy elevado entre la dotación de serie, una política bastante lógica teniendo en cuenta que todo el que vende un bien o servicio intenta sacar por él el mayor beneficio posible.

De este modo, siempre según Carscoops, cada vehículo vendido en Europa por un fabricante chino le permite obtener un beneficio de miles de euros a pesar de los costes añadidos que supone la cadena logística. Todo ello pone de manifiesto la competitividad de los fabricantes chinos, achacable tanto a los costes de producción como a los de las materias primas, especialmente importantes en el caso de los automóviles eléctricos.
Con todo ello, Carscoops apunta que muchos fabricantes de automóviles europeos pueden estar preocupados por el margen de maniobra que tienen los fabricantes chinos, lo que podría permitirles reducir los precios y generar su propia guerra de ventas en Europa. También significa que los fabricantes de automóviles chinos más grandes probablemente podrían resistir cualquier arancel impuesto por la UE a los vehículos importados, un escenario que, de momento, parece poco probable.