Las ITV inspeccionan cada año más de un millón de motocicletas y ciclomotores y, aunque el 83% pasan este control a la primera, este tipo de vehículos son los que acumulan los fallos más graves. En concreto, el 51%, de los defectos detectados en las estaciones de inspección son graves.
Esto puede deberse a que el parque de vehículos de dos ruedas es uno de los más antiguos de España y está solo por detrás de los camiones y autobuses en antigüedad.
Motocicletas y ciclomotores representan el 16,6% del total del parque español. Su número ha crecido 5 puntos desde el año 2018, pero su edad ha aumentado un 7,3% en esos últimos años, pasando de una media de 15,2 años en el 2017 a 16,4 años en el 2022 (último año del que se tienen datos), según las cifras que maneja la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV).
1Alumbrado y señalización, el fallo más común en la ITV
Motocicletas y ciclomotores deben pasar la primera inspección de ITV antes del cuarto año desde su matriculación y las siguientes cada dos años. La obligatoriedad de acudir a la ITV para ciclomotores se implantó en el año 2006 y, desde esa fecha, la siniestralidad de este tipo de vehículos se ha reducido un 88%, pasando de 308 fallecidos en ese año a 36 en 2022.
Una tendencia que no ha sido la misma en las motocicletas, ya que, en el 2022 se produjo un aumento de fallecidos de un 12% con respecto al año anterior, lo que supone que estos vehículos están implicados en el 23% de los fallecidos por siniestros viales.
Ambos vehículos acumulan los defectos más graves al pasar la ITV. En concreto, la mayoría de los fallos que se detectan en las inspecciones tienen que ver con el alumbrado y la señalización que, a pesar de ser elementos muy fáciles de comprobar por parte del propietario, suponen el 35,1% de los defectos graves por los que motocicletas y ciclomotores no pasan la ITV.
Desde la asociación AECA-ITV destacan que esto es un «dato preocupante», dada la importancia de estos elementos que permiten “ver y ser visto” por el resto de los usuarios de la vía y más en este tipo de vehículos, donde el propio usuario es la carrocería.