comscore

Mercedes C 220 D Coupé. La Clase C decide quitarse años

Hace años que Mercedes decidió bajar la edad media de sus clientes y dotar a sus vehículos de un diseño más cautivador y pasional. No hace falta ser un lince para captar el mensaje con modelos como la nueva Clase A, el CLA o ahora este recién llegado que atiende al nombre de Clase C Coupé.

Poco o nada tiene que ver con el modelo anterior. Y no es que haya crecido 95 milímetros en su longitud y 40 más en anchura. Se trata de su silueta, mucho más cuidada y deportiva que antes, en la línea de sus principales competidores en Audi y BMW. Llama la atención y damos fe de ello por la expectación que ha suscitado.

Entendemos que hay diversos perfiles para elegir un vehículo de estas características. Los que además de diseño y distinción quieren poner a prueba los niveles de adrenalina, tienen en la versión AMG C 63 S de 510 caballos la máxima expresión. En el extremo contrario encontramos nuestra versión, más de paseo, pero no exenta de 'pasión'. Nos referimos al diésel de entrada a la gama, un 2,2 litros de 170 caballos de potencia que prioriza más el 'bolsillo' que bajar los tiempos en el circuito.

Con paquete deportivo AMG

Esto no es inconveniente para que nuestra unidad se adorne con el paquete AMG Line, que le brinda más talante deportivo gracias a detalles como unas llantas específicas de 18 pulgadas, discos de freno delanteros perforados, pedales de acero, parrilla delantera con efecto diamante, asientos y volante propios, un kit exterior más agresivo con difusor trasero, un tren de rodaje más firme…

Al acceder al interior y acomodarnos no encontraremos grandes diferencias con la Clase C en las plazas delanteras. La diferencia estriba en que nos encontramos sentados en un plano más bajo (15 milímetros) y que el tamaño de las puertas es mayor y resultan más pesadas, amén de detalles como el práctico aproximador automático del cinturón de seguridad.

1 QvHFiWUg87Lko Motor16

Otra cosa es detrás. Es cierto que se ha ganado espacio en cota de anchura y sitio para las piernas en las dos plazas que ofrece, pero la altura al techo es muy justa, tanto que rozo con la cabeza con mi 1,70 de estatura. Además, las ventanillas son pequeñas, fijas y quedan en un plano muy bajo que no me permite ver con buena perspectiva. Como suele pasar en este tipo de carrocerías (más en unas que en otras) resultan algo claustrofóbicas para adultos.

Motor silencioso y muy agradable

Y ya que estamos metidos en materia, señalar que el maletero es realmente aprovechable con sus 380 litros, los mismos que un Audi A5, pero lejos de los 445 del Serie 4 Coupé de BMW. Los respaldos traseros se pueden abatir para introducir objetos largos o voluminosos, siempre que 'entren' por los 39,5 centímetros que permiten la boca de carga.

Nos ponemos en marcha. El propulsor resulta silencioso al ralentí y es agradable en general, aunque en ocasiones se detecta un sonido 'áspero' que resta algún punto en refinamiento. Se trata de un cuatro cilindros que presume de una capacidad de recuperación a bajo régimen sobresaliente, y brilla por la zona alta del cuentarrevoluciones, empujando de verdad incluso por encima de las 4.000 vueltas.

Se puede asociar a una caja manual o, como en nuestro caso, a la nueva transmisión automática 9G-TRONIC con convertidor de par, opción que cuesta 2.928 euros y que añade elementos como el arranque sin llave, el acceso confort o el mando Dynamic Select que permite elegir entre varios programas de conducción: ECO, Confort, Sport, Sport+ e Individual.

2 QvHFiWUg87Lko Motor16

Lo cierto es que en marcha este tándem motor-cambio va como la seda porque los cambios entre marchas se realizan con total delicadeza y suavidad. Además, nos permite rodar por autopista a 120 km/h mientras el propulsor gira a unas 'relajadas' 1.500 rpm y con un consumo de apenas 5,4 litros, una cifra llamativa si tenemos en cuenta que acaricia los 1.700 kilos de peso.

Cambio con levas y varios programas de conducción

Si queremos disfrutar algo más, el cambio dispone de un manejo secuencial gracias a unas levas solidarias con el movimiento del volante. Hay que reconocer que el salto entre marchas es muy rápido, sobre todo con los programas Sport y Sport+, pero también hay que acostumbrarse a 'tantas' relaciones, ya que resulta fácil ?perderse? y saber en la que vamos.

Como hemos comentado no es precisamente la versión 'pura sangre' de la familia, pero sus cifras no defraudan. En una autopista alemana podemos viajar a 234 km/h y, ya en nuestras carreteras, afrontar un adelantamiento sin aparente esfuerzo: basta con hundir el pie en el acelerador y en apenas 5,0 segundos, y cubriendo 127 metros, pasaremos de 70 a 110 km/h.

Dinámicamente, su excelente chasis pocas veces se verá comprometido por el rendimiento del motor. Es cierto que llevamos un perfil algo más deportivo gracias al paquete AMG Line, pero el tren de rodaje Agility Control (de serie) ya cuenta con amortiguadores selectivos que adoptan el tarado en función del tipo de conducción que se realice. Los que quieran más disponen en opción de la suspensión neumática Airmatic.

La dirección directa deportiva, también de serie en nuestro protagonista, evita dudas a la hora de trazar y el conjunto resulta muy intuitivo en sus reacciones. Los 170 CV dan para pasar un buen rato si se desea. Apostando por el modo Sport+ se puede jugar con la zaga y 'contravolantear', aunque hay que forzar porque tampoco es que vaya sobrado de potencia. De todas formas la electrónica queda latente y actúa al final aunque desconectemos el ESP.

Por último, sumergirse en el equipamiento es un ejercicio maratoniano, por cantidad y por tecnología. De serie encontramos elementos como el detector de fatiga, climatizador bizonal, alerta de colisión, equipo de sonido con panel táctil 'Touchpad', faros led… Y en opción la oferta es tan generosa como sea la profundidad de nuestro bolsillo.