El Reglamento General de Circulación dice que la carga debe estar dispuesta y, si fuera necesario, sujeta de tal forma que no pueda arrastrar, caer total o parcialmente o desplazarse de manera peligrosa, comprometer la estabilidad del vehículo, producir ruido, polvo u otras molestias que puedan ser evitadas, ocultar los dispositivos de alumbrado o de señalización luminosa, las placas o distintivos obligatorios y las advertencias manuales de sus conductores.