Puede parecer extremo, pero la realidad es que un estudio realizado en Reino Unido en 2015 reveló que los conductores que habían consumido sólo un sorbo de agua (25 ml) por hora cometían más del doble de errores al volante que los que estaban correctamente hidratados. Esos errores (frenadas tardías, vaivenes dentro de un mismo carril o la invasión de otros carriles) eran equivalentes a los cometidos por personas con un contenido de alcohol en sangre del 0,08 % (límite para conducir en el Reino Unido)