El nuevo acabado SportLine dinamiza el aspecto y la dotación del Superb, tanto con la carrocería berlina como en su variante familiar Combi, 1.300 euros más cara. Y podemos elegir entre tres motores, de los cuales parece más lógico el diésel, un 2.0 TDI de 190 CV disponible en tres formatos: manual, automático DSG y automático DSG con tracción 4×4. Además, también se redecora el amplísimo habitáculo -los tres pasajeros de la segunda fila viajan como señores-, siendo protagonistas el volante y los asientos deportivos, los pedales de aluminio o las inserciones en fibra de carbono. El Superb no es pesado y que la tracción total evita cualquier pérdida de motricidad, el resultado es incluso mejor del esperado en cuestión de prestaciones. Porque un enorme familiar de 4,86 metros y con un maletero de 660 litros se transforma casi en un deportivo, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos.