Gracias al trabajo del grupo de expertos de Hennessey Performance, esta bestia cuenta con potencia de sobra para dejar atrás hasta a los más imponentes hiper deportivos. Y es que la firma preparadora de coches ha utilizado un ZL1 de base al que le ha despojado de su motor V8 de 6,2 litros a favor del que monta el Corvette ZR1. Además le han metido mano con electrónica, transmisión nueva, calibración del motor y algunos aspectos más para conseguir pasar de los 755 CV con los que contaba en un principio hasta los increíbles 1.200 con los que se presenta en el SEMA de Las Vegas.