Y es que el DB5 es uno de los modelos deportivos clásicos más aclamados de la historia y es sin duda un sinónimo de estilo y elegancia atemporal que se ha convertido en una auténtica joya para los amantes de este tipo de coches. Parte de esa elegancia y refinería le viene dada por el dueño más famoso que ha tenido este modelo: el espía británico James Bond, el cual condujo este precioso deportivo por primera vez en la película de 1964, Golgfinger.