Recordemos que en la última carrera el heroico sacrificio de Checo Pérez regaló una burbuja de oxígeno a su compañero de equipo, en todo caso impotente para echar el garfio al piloto británico. Este gesto había permitido a Max recortar un tiempo precioso y al final de la última vuelta no hubo una piedra que Red Bull y Verstappen no levantaran para terminar con la hegemonía de Mercedes. En la próxima temporada el equipo austriaco espera volver a cosechar grandes éxitos con este RB18.