La novedad es que estas versiones Black Badge llegan a los nuevos Rolls-Royce Dawn, por lo que para comenzar, su corazón 6.6 V12 Biturbo es más potente que en las versiones «convencionales». Gracias a diferentes retoques mecánicos, su propulsor pasa de 563 a 593 CV de potencia, del mismo modo que su par motor escala de 780 a 840 Nm.